Pellegrini y el matadero, Buenos Aires, Argentina

Me parece en un primer contacto que Pellegrini no me va a ofrecer sus secretos, poca gente en sus calles, la municipalidad cerrada, ningún sitio a la vista en donde comer en ese mediodía de sábado, me llamo a la tranquilidad y manos a la obra. El capítulo concerniente a municipio y plaza irá a continuación de éste, ahora paso revista a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, a la ochava de Alsina esquina Alsina y a la estación de trenes, en momentos distintos del día a juzgar por el color del cielo que me regaló un celeste espectacular promediando la tarde.
En 1897 se inaugura la Estación Drysdale del Ferrocarril Oeste, posteriormente Ferrocarril Sarmiento, en el año 1899, don José Norman Drysdale, de origen escocés, poseedor de 10000 hectáreas de campo en torno a la estación, concibió la idea de fundar un pueblo dentro de su fundo, en consecuencia durante 1899 presentó ante el gobierno provincial el proyecto para la concesión de un asentamiento denominado Médanos Redondos, fue así que el 4 de abril de ese año se produjo el remate de tierras ubicadas en ese momento dentro del Partido de Guaminí, naciendo así la denominada Colonia Agrícola Drysdale, denominación que fue cambiada por Pellegrini ocho años mas tarde en homenaje al ex presidente Carlos Pellegrini.
En la actualidad según el censo de 2010 cuenta con 5115 habitantes.

Me costó llegar al matadero, ante cada pregunta a cerca de su localización me respondían siga derecho, serán unas quince cuadras, quince cuadras pensé, si se veía que el camino  se cortaba a doscientos metros, llegué hasta el tope, doblé haciendo cara y seca hacia la izquierda bordeando un espeso bosque, no encontré a nadie más para indagar y de repente en un cruce de caminos aparece el arco de ingreso al edificio que se ubicaba dentro de ese predio enorme ahora perteneciente al municipio, me mando por un hueco hecho en el alambrado esperando una voz de alto en cualquier momento, o un perro guardián saltando a mis espaldas o un tiro "rozando" la nuca (tampoco hay que ser tan trágico).
El matadero sufrió una serie de transformaciones edilicias producto de disputas entre los ocupantes del terreno y el poder político local enfrentados partidariamente, peronistas y radicales se acusaban mutuamente mientras que el propietario hacía y deshacía sobre el mentado edificio, aparentemente sin ningún valor histórico-arquitectónico para él a juzgar por las horrorosas intervenciones a las que lo sometió.

Saqué las fotos en medio de palas mecánicas, tractores, tambores de combustible, escombros, restos óseos de gestiones municipales que iban a parar en medio de ese hermoso bosque que realmente podría tener otro destino. Una alta cerca me impedía el paso y en verdad no quise franquearla por temor a una doble falta sobre el espacio privado, ya que no me quedaba claro si la construcción seguía en poder de un dueño ajeno, de todas maneras lo que veía me dolía y no hubiera sido bueno profundizar la herida visual y afectiva.
Salgo del predio desolado al extremo por tratarse de día no laborable y me encuentro con un cartel que invita a viajar a un destino que siempre me pareció atractivo aunque romántico, Mirapampa

Serían algo así como las tres, el sol tiñó de celeste la tarde, aproveché para fotografiar la municipalidad y la plaza con otra luz y me dirigí a la estación, algo descuidada pero con vida ya que por sus vías circula tres veces por semana el FerroExpreso Pampeano transportando tan solo carga entre Santa Rosa y Buenos Aires. El sol invitaba a no volver al hotel, las cuatro pasadas garantizaban unas dos horas largas de luz así que me decidí caminar por el meridiano en busca de la pampa vecina, que sucedió entonces, paciencia...