En el año 1757 se funda la iglesia de San José, en donde ocupaba un lugar destacado del retablo una imágen de la Virgen del Rosario. Vestigios históricos dan cuenta que el sitio fue atacado por grupos de originarios que provocaron un incendio del cual salió indemne la imágen de la virgen. Años mas tarde se construye otra capilla de paredes de adobe y techo de paja que sufre un ataque similar y en donde la estatuilla vuelve a salir ilesa de las llamas. En 1873 una comisión de vecinos presidida por Don Francisco Ortíz, reconstruye por tercera vez la iglesia, que es la que actualmente se erige frente a la plaza principal del pueblo de Paso Grande.
El 15 de marzo de 1697, el maestro de campo Miguel Vílchez, puso en posesión a Lorenzo Sosa de las tierras que ocupaba hacía cuarenta años. En 1757, el maestro de campo Tomás Lucio Lucero pone en posesión de esas mismas tierras al hijo de Don Lorenzo, Ignacio. Posteriormente se instala una lucha judicial sobre la tenencia del mismo por parte de otro actor, Don Esteban Rivarola, litigio que se resuelve recién en 1809, cuando se falla en favor de los Sosa y se devuelve la tierra cuestionada.
Cuando en 1757 toma nuevamente el control Don Ignacio Sosa, éste realiza una donación de nueve cuadras cuadradas a la capilla y así nace la aldea San José de Paso Grande. Ciento veintiún años después, en 1878 el agrimensor Germán Lallemant al practicar la mensura y división de la Estancia Paso Grande, delinea el incipiente casco urbano del pueblo ahora denominado tan solo como Paso Grande.
Los muros todavía en pié hablan por la historia, ellos como ocurre con los estratos de roca que analizan los arqueólogos nos cuentan del pasado, el grado de evolución cultural y la naturaleza circundante.
El nivel de sustitución edilicia es muy bajo, tan solo alguna dependencia oficial rompe con la arquitectura varias veces centenaria que predomina en éste enclave situado al Norte de La Toma sobre la provincial 2.
http://www.dices.net/mapas/argentina/mapa.php?nombre=Paso-Grande&id=8177
La plaza está consagrada a la figura de Sinibaldo Franco, un dirigente peronista, senador provincial por el Departamento San Martín. Su vida siempre estuvo ofrendada a la militancia, sintiéndose representado al final de sus días, por las ideas que encarnaban la Juventud Peronista y sus vertientes revolucionarias. Fue delegado del General Perón en la Provincia de San Luis. Murió el 17 de octubre de 1972 a los 70 años y su existencia siempre estuvo signada por la lucha en favor de los más pobres y excluidos. Las obras que se exponen en la plaza pertenecen a la artista plástica Silvana Guerrero.
Desandamos parte del camino hecho por la provincial 2 en busca de un paraje poco conocido, en el medio nos encontramos con esta joya de la ingeniería vial, el puente metálico sobre el río Conlara, una de esas sorpresas que te brindan estas rutas desoladas de los interiores provinciales.
Pasarse unos cuantos minutos parado sobre la traza de una ruta siempre ha sido algo muy motivante, algo así como un hecho desafiante, por otro lado una ruta solitaria tiene una carga simbólica muy contundente que me remonta a decenas de situaciones similares que tienen como protagonistas a caminos perdidos en los recovecos más oscuros de nuestra Sudamérica.
Seguimos con el viaje, y a los pocos kilómetros nos desviamos por un camino casi intransitable, buena señal pensé, camino no transitado igual a sitio invisible, la ecuación casi siempre funciona y la ansiedad aumenta en forma proporcional al tamaño de las piedras sueltas depositadas en la traza que nos lleva hasta el Dique San Pedro.
El 15 de marzo de 1697, el maestro de campo Miguel Vílchez, puso en posesión a Lorenzo Sosa de las tierras que ocupaba hacía cuarenta años. En 1757, el maestro de campo Tomás Lucio Lucero pone en posesión de esas mismas tierras al hijo de Don Lorenzo, Ignacio. Posteriormente se instala una lucha judicial sobre la tenencia del mismo por parte de otro actor, Don Esteban Rivarola, litigio que se resuelve recién en 1809, cuando se falla en favor de los Sosa y se devuelve la tierra cuestionada.
Cuando en 1757 toma nuevamente el control Don Ignacio Sosa, éste realiza una donación de nueve cuadras cuadradas a la capilla y así nace la aldea San José de Paso Grande. Ciento veintiún años después, en 1878 el agrimensor Germán Lallemant al practicar la mensura y división de la Estancia Paso Grande, delinea el incipiente casco urbano del pueblo ahora denominado tan solo como Paso Grande.
Los muros todavía en pié hablan por la historia, ellos como ocurre con los estratos de roca que analizan los arqueólogos nos cuentan del pasado, el grado de evolución cultural y la naturaleza circundante.
El nivel de sustitución edilicia es muy bajo, tan solo alguna dependencia oficial rompe con la arquitectura varias veces centenaria que predomina en éste enclave situado al Norte de La Toma sobre la provincial 2.
http://www.dices.net/mapas/argentina/mapa.php?nombre=Paso-Grande&id=8177
La plaza está consagrada a la figura de Sinibaldo Franco, un dirigente peronista, senador provincial por el Departamento San Martín. Su vida siempre estuvo ofrendada a la militancia, sintiéndose representado al final de sus días, por las ideas que encarnaban la Juventud Peronista y sus vertientes revolucionarias. Fue delegado del General Perón en la Provincia de San Luis. Murió el 17 de octubre de 1972 a los 70 años y su existencia siempre estuvo signada por la lucha en favor de los más pobres y excluidos. Las obras que se exponen en la plaza pertenecen a la artista plástica Silvana Guerrero.
Pasarse unos cuantos minutos parado sobre la traza de una ruta siempre ha sido algo muy motivante, algo así como un hecho desafiante, por otro lado una ruta solitaria tiene una carga simbólica muy contundente que me remonta a decenas de situaciones similares que tienen como protagonistas a caminos perdidos en los recovecos más oscuros de nuestra Sudamérica.
Seguimos con el viaje, y a los pocos kilómetros nos desviamos por un camino casi intransitable, buena señal pensé, camino no transitado igual a sitio invisible, la ecuación casi siempre funciona y la ansiedad aumenta en forma proporcional al tamaño de las piedras sueltas depositadas en la traza que nos lleva hasta el Dique San Pedro.
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