La última parada, las últimas 20 tomas para llegar a un total de 1012, cuanto ví, cuanto aprendí, cuanto sentí, fue un viaje muy enriquecedor con pocos no y menos enojos.
Napostá fue inaugurada en el año 1884, perteneció al FCS hasta la compra y nacionalización de los ferrocarriles, para luego ser parte del Ferrocarril General Roca, hasta las privatizaciones menemistas que determinaron que por sus vías corran hoy trenes de carga del FerroExpreso Pampeano y el servicio de pasajeros de Ferrobaires para su línea Constitución-Bahía Blanca, vía La Madrid.
Su materialidad es de ladrillos a la vista y techo a dos aguas revestido con tejas francesas. La carpintería es de madera y coronan la construcción dos bellas chimeneas en ladrillo. Frente al edificio existe un galpón también de ladrillos a la vista con techo de tejas y portones de madera. Un poco más al N encontramos al típico galpón cerealero de chapa, aquel que supo albergar grandes bailes allá lejos por la década del cincuenta cuando la población orillaba las cien almas.
Recuerden que fue aquí, en estación Napostá, donde llegó el contingente de ochocientos irlandeses seducidos por las promesas de la empresa fantasma Vitícola Argentina S.A y fue desde aquí donde partieron hacia el cadalso, hacia esa trágica fantasía llamada Napostá Colony.
Dejo Napostá, la espera en la terminal de Bahía es corta y no alcanza para que pueda escribir sobre los últimos momentos del viaje, siempre los últimos momentos quedan en blanco, sin registro escrito, tan solo vivirán mientras funcione la memoria. La vuelta es casi en solitario, tan sólo tres personas conformamos el pasaje de ese servicio del Central Argentino que proseguirá su ruta hacia Paraná.
Ahora habrá que esperar una nueva cosecha, los días calurosos no son los más propicios para andar recorriendo pampas y desolaciones, nuevamente será el destino quién juegue la próxima carta para ver como prosigue el juego.
Napostá fue inaugurada en el año 1884, perteneció al FCS hasta la compra y nacionalización de los ferrocarriles, para luego ser parte del Ferrocarril General Roca, hasta las privatizaciones menemistas que determinaron que por sus vías corran hoy trenes de carga del FerroExpreso Pampeano y el servicio de pasajeros de Ferrobaires para su línea Constitución-Bahía Blanca, vía La Madrid.
Su materialidad es de ladrillos a la vista y techo a dos aguas revestido con tejas francesas. La carpintería es de madera y coronan la construcción dos bellas chimeneas en ladrillo. Frente al edificio existe un galpón también de ladrillos a la vista con techo de tejas y portones de madera. Un poco más al N encontramos al típico galpón cerealero de chapa, aquel que supo albergar grandes bailes allá lejos por la década del cincuenta cuando la población orillaba las cien almas.
Recuerden que fue aquí, en estación Napostá, donde llegó el contingente de ochocientos irlandeses seducidos por las promesas de la empresa fantasma Vitícola Argentina S.A y fue desde aquí donde partieron hacia el cadalso, hacia esa trágica fantasía llamada Napostá Colony.
La estación no se utiliza como tal desde la década del noventa, el censo del 2010 no considera a Napostá como pueblo y los escasísimos habitantes son tomados como población rural dispersa. A contados metros del edificio ferroviario se alza la escuela 45, y como no podía ser de otra manera, se encuentra...abandonada.
Ahora habrá que esperar una nueva cosecha, los días calurosos no son los más propicios para andar recorriendo pampas y desolaciones, nuevamente será el destino quién juegue la próxima carta para ver como prosigue el juego.
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