A 13 kilómetros de San Andrés se ubica el primer pueblito del recorrido. Cucullu, su historia tiene relación con la llegada del ferrocarril y la actividad agropecuaria. Desde 1887 corría el tramway rural de los hermanos Lacroze y el 29 de octubre de 1898 Juan Simón Cucullu dona un sector de sus tierras para establecer una estación para el ferrocarril, ahora impulsado por máquinas a vapor. En torno a la parada se comienza a gestar el caserío y la actividad agrícola ganadera domina la vida cotidiana, hasta que en 1940 se instalan los primeros hornos de ladrillos y con ellos llega una oleada de inmigrantes internos, santiagueños, correntinos que comienzan a interactuar con los gringos de la primera hora. El próximo cambio viene de la mano de la actividad relacionada con los criaderos de pollos, actividad que persiste hasta nuestros días con importantes instalaciones.
Cucullu se convierte gracias a los nuevos emprendimientos en el pueblo mas próspero y habitado de la comarca con una población cercana a los 1300 habitantes, se instalan comercios, el club social y deportivo, la capilla Santa Teresita del Niño Jesús, la sala de primeros auxilios, un jardín de infantes, una escuela, la cooperativa eléctrica y los surtidores de combustible. Hoy debemos lamentar la pérdida del tendido ferroviario, la toma del edificio estación, pero agregamos el haber el interés turístico que estos diminutos enclaves pampeanos comenzaron a concitar, y el flujo de visitantes que buscan refugio bajo sus apacibles arboledas, y la curiosidad que despiertan sus viejos comercios en estado natural.
Seguimos viaje con el Amigo Carlos, quién me armó el periplo por los seis primeros adorables pueblitos que tengo pensado recorrer.
Cucullu se convierte gracias a los nuevos emprendimientos en el pueblo mas próspero y habitado de la comarca con una población cercana a los 1300 habitantes, se instalan comercios, el club social y deportivo, la capilla Santa Teresita del Niño Jesús, la sala de primeros auxilios, un jardín de infantes, una escuela, la cooperativa eléctrica y los surtidores de combustible. Hoy debemos lamentar la pérdida del tendido ferroviario, la toma del edificio estación, pero agregamos el haber el interés turístico que estos diminutos enclaves pampeanos comenzaron a concitar, y el flujo de visitantes que buscan refugio bajo sus apacibles arboledas, y la curiosidad que despiertan sus viejos comercios en estado natural.
Seguimos viaje con el Amigo Carlos, quién me armó el periplo por los seis primeros adorables pueblitos que tengo pensado recorrer.
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