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domingo, 15 de diciembre de 2013

Rueda, Santa Fe, Argentina

La localidad de Rueda es la segunda parada de este pequeño recorrido por cinco y no cuatro asentamientos del sur santafesino. La localidad se ubica sobre la RP 90 a 12 kilómetros de la autopista Buenos Aires-Rosario. Sus orígenes están ligados al trazado del antiguo Ferrocarril del Sud de Santa Fe y Córdoba. Durante 1892, el Doctor Pedro Rueda propietario de la estancia ubicada en los Campos de Cañada Rica intenta formar una colonia pero fracasa en su intento, años mas tarde en 1895 se legalizan los títulos de la entones Estancia Los Naranjos, lo que significó para el reducido caserío el comienzo de su identidad como Pueblo Raquel. Fue por el 1902 cuando de acuerdo con el ferrocarril se trazan a cada lado del cuadro de la estación las dieciséis manzanas que hoy componen la planta urbana de la localidad, dependiendo jurídicamente de la vecina Godoy hasta 1936, momento en se crea la comuna de Rueda.
El viejo apeadero ferroviario establecido en 1890 conocido como kilómetro 17, pasa a denominarse en 1898 Estación Raquel, cambiando a Estación Rueda durante 1911, unificando entonces pueblo y estación bajo el mismo nombre.
Dentro del pequeño casco urbano es muy útil la visita al Museo Histórico Ferroviario Escribano Alfredo Rueda, la muestra se desarrolla en siete salas internas y una externa que atesora las piezas mas grandes como guinches a vapor, zorras, máquina a vapor, cartelería alusiva y el tótem, en cambio en el interior se luce una muy nutrida muestra de teléfonos antiguos, como así también objetos referidos a la Batalla de Pavón, piezas que reflejaban usos y costumbres de los primeros colonos y un área reservada a las ciencias naturales que incluyen fósiles localizados en la zona como así también otros traídos de Patagonia. Completa la muestra una sala dedicada al arte, exponiendo las obras donadas por los artistas que participaron de la experiencia Primavera sobre Rueda.
El material exhibido es interesante y se encuentra en buenas condiciones, en general todo el cuadro de la estación se halla bien trabajado y mantenido.
El próximo destino implica abandonar el maltrecho pavimento de la RP 90 para sumergirse en caminos vecinales, polvorientos debido a la sequía que asola la región, valdrá la pena ya que se trata de un importante trozo de historia por cierto bastante desconocido.

Godoy, Provincia de Santa Fe, Argentina

El material de esta pequeña salida había quedado relegado, pertenece a la serie 30 pueblos de Santa Fe que se inició con las tomas de Carmen del Sauce. La primera parada nos muestra escenas de Godoy, localidad recostada sobre la RP 90, a 70 kilómetros de Rosario. La fundación del pueblo data del 6 de octubre de 1886 y en la actualidad cuenta con 1500 habitantes que viven esencialmente de la agricultura.
La antigua administración comunal incorporó a Godoy en un programa para pueblos en riesgo de extinción, pero la actual autoridad comunal desmiente eso y refuta los resultados del proyecto ideado por una ONG de Buenos Aires.
"Los habitantes de Godoy sienten gran dolor cuando se dice que es un pueblo que puede desaparecer", señala Rita Chirico, la presidenta comunal, que denuncia las acciones de la Organización Responde como parciales y direccionadas a beneficiar a personajes ligados a la antigua conducción comunal. Por su parte desde la acusada organización coinciden que el proyecto no pudo concluírse por la quita de financiación por parte de una multinacional petrolera, pero que aunque no haya sido un desarrollo completo generó un cambio en la perspectiva de la gente en cuanto a su situación.
Si buscas información sobe el pueblo te aparece esta confrontación que creo pasa desapercibida por los habitantes que día a día trabajan para vivir como se puede y que esperan acciones concretas del estado para que los contenga, proteja y potencie dentro de la comunidad que los vio nacer.
Me pareció interesante el contapunto sobre quién dice que el pueblo se extingue y quién cree que se puede seguir viviendo a pesar de todo, sobre todo logrando que a toda la comunidad lleguen la salud, la educación, los servicios, la seguridad, la vivienda y el trabajo digno, dos visiones políticas que se contraponen y que espero traigan ese bienestar para el general de la población y no queden suscritas en una barata retórica de medios.
Godoy sorprende desde el inicio, el primer contacto se hace con el edificio de la Sociedad Española, custodiado por sendos leones, le sigue la estación muy cuidada en si misma y en su entorno inmediato, luego la plaza y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en proceso de restauración, mucho ladrillo, mucha casa de gringo, mucha fachada centenaria, casi un pueblo histórico, como aquellos que tan bien lucen en algunos Partidos de la Provincia de Buenos Aires, lástima que aquí en Santa Fe no nos hemos dado cuenta de la historia que nuestros pueblos tienen para contar, efectivamente ese legítimo pasado podría abrirse al turismo regional generando buenos ingresos para su moradores y las arcas comunales.
Por las vías circulan trenes del NCA, la estación originalmente correspondió al tendido Villa Constitución-Río Cuarto, por fortuna se encuentra en buenas condiciones de mantenimiento ya que el edificio de ladrillos en un verdadero clásico de la arquitectura ferroviaria inglesa.
Dejé atrás Godoy con una mueca de satisfacción, me pareció un pueblo que tiene todas las condiciones como para mostrar con la frente bien alta su historia, un pueblo que puede abrirse a la región, sólo o con el plus del Oratorio, un sitio histórico tan importante y tan poco difundido.

Sacanta y El Arañado, Córdoba, Argentina

Sacanta es la segunda parada preestablecida. La historia cuenta que debido al inminente paso del ferrocarril, Miguel Ferrero se contactó con el ingeniero John Miller para que trazara el plano de un futuro pueblo, fue así como éste en 1910 procedió a mojonar cuatro hectáreas divididas cada una en diez lotes. Todo lo expresado supone que no estaba prevista la concreción del pueblo sino que éste nació con la llegada de la vía férrea, no existiendo acta de fundación del mismo, por ello en 1960 se reunieron el entonces jefe comunal y un destacado grupo de vecinos y establecieron al 29 de setiembre de 1910 como día de fundación de Sacanta en honor a San Miguel Arcángel, patrono del pueblo y a don Miguel Ferrero considerado su fundador.
De acuerdo con la Ley 5597 del 19 de setiembre de 1908, el estado le otorga permiso a la compañía FC Central Argentino para construir una línea que vinculara Villa del Rosario con Las Rosas en la Provincia de Santa Fe. Se encarga de la construcción del trazado el ingeniero John Miller quién es contactado por don Miguel Ferrero para que realice el primer loteo dentro de su propiedad, hecho que se lleva acabo según lo contado en el primer texto. Finalizado el año 1910 llegan los materiales para la construcción de la estación.
En la órden nº 53 del FCCA se constata que el 14 de mayo de 1911 queda liberada la estación del kilómetro 49 que pasará a llamarse Sacanta.
El tren pasaba dos veces por día, aproximadamente a las 6.30 rumbo a Córdoba, regresando por la noche y constituía todo un acontecimiento a juzgar por al cantidad de vecinos que se daban cita en la estación para ver su pasada. El tren traía diarios, revistas y correspondencia todos los días.
En Sacanta le han dado mucha importancia al arbolado, el pueblo es fresco y la sombra es estrella, la estación ha sido reciclada como terminal de ómnibus y museo, perdiendo algo de la identidad ferroviaria, pero por suerte el tanque de ladrillos luce espectacular.
Seguimos viaje hacia El Arañado, última parada, pero tan sólo nos detendremos para contemplar la escultura tan significativa de esos dos pumas arañando eternamente a ese árbol que resiste el embate.
Las 18.00 marcan el final de las paradas del viaje, habrá tan solo una más para recargar combustible. La entrada a la Provincia de Santa Fe por la RP 66, marca un gran contraste entre las calidades de las rutas.
Un grave accidente nos demora cerca de una hora y la tan temida RN 34 nos espera de noche con su tráfico infernal de ómnibus y camiones, las dos últimas horas son de tensión ya que los vehículos de gran porte y sus conductores en general dominan la escena y no respetan las velocidades mínimas, los radares y las dobles rayas amarillas.
Fueron 1300 kilómetros en dos días, agotadores pero tan fructíferos que quedarán por siempre guardados en la memoria visual y afectiva. Gracias Chester, el GPS humano a disposición para cualquier otra aventura.
Todavía quedan mostrar cuatro pueblos del proyecto Santa Fe, dos de ellos con sendas rarezas muy poco conocidas, así que allá voy.