Gracias al Fine y su asistente, rico café mediante seguí viaje hasta el próximo destino, Bombal, ubicado también a la vera de la muy pintoresca y transitada provincial 14.
Se cuenta que para 1917, un grupo de colonos que habitaban en las cercanías de las tierras de la familia Bombal se trasladan hasta Mendoza, lugar de residencia de Domingo Lucas Bombal para exponerle la inquietud de fundar un nuevo pueblo, la familia decide la donación a favor de la empresa ferroviaria encargada de explotar la línea Rosario-Puerto Belgrano en cercanías de Bahía Blanca, hecho que definitivamente fundaría al Pueblo Estación Bombal.
El acontecimiento fundacional tiene lugares comunes con todos los otros pueblos de la región, las ricas familias tenedoras de tierra donan una pequeña parte de las mismas para que surque por ella el trazado ferroviario y luego lotean las adyacencias para que se conforme un núcleo urbano, lo diferente en este caso fue el espíritu colectivo de sus primeros colonos que contagiados por el momento histórico que se estaba viviendo, impulsaron ellos mismos el nacimiento de la nueva colonia.
El pueblo tiene un trazado similar a Bigand, un eje fundacional que vincula la estación con la plaza principal y la iglesia consagrada a Santo Domingo de Guzmán, y es precisamente cuando me disponía a sacar la toma que continúa la historia cuando deviene la anécdota que consagra al lugar.
-Buen día señor
-Buen día
-Que anda haciendo, sacando fotos
-Sí
-Trabaja para algún medio,
-No, me gusta sacar fotos nada más, hay algún problema?
-Tiene alguna identificación
-Si tome los documentos
-Está bien, sabe que pasa
-Me lo imagino
-La inseguridad llegó a los pueblos chicos y cuando algún vecino ve a alguien desconocido nos llama a nosotros (Guardia Urbana), o a la policía
-Si claro, lo comprendo, pero y lo digo por experiencia, la situación a veces nos pone un poquito paranoicos, si en vez de a la iglesia me hubiera descubierto sacándole fotos al cajero automático del banco ahí la cosa se hubiera puesto mas seria, digo no?
-Y siiiii,
-Bueno de todas maneras me parece bien que vele por la comunidad que le otorga su sustento, ahora le pregunto, puedo también sentirme seguro yo que nadie me va a hacer daño
-Seguro, para eso estamos
-Fin del spot publicitario.
Sigo viaje pensando en el incidente anterior, por un lado apruebo que quienes tengan que vigilar, vigilen, que quienes tengan que controlar, controlen, pero me hace un poco de ruidito el aumento exponencial de la paranoia en relación al aumento del delito, y cuando la gente cansada al extremo transmita ese sentimiento a las autoridades ejecutantes no tengamos que volver a lamentar excesos, casi siempre dirigidos a las personas incorrectas, como aquel sonado caso en Jujuy durante la dictadura del 76, cuando secuestran, torturan y desaparecen a un joven estudiante que portaba un libro sobra la Cuba "electrolítica".
Ay! que viaje, pasé por Bagdad, acabo de salir de Texas, y ahora qué?
Se cuenta que para 1917, un grupo de colonos que habitaban en las cercanías de las tierras de la familia Bombal se trasladan hasta Mendoza, lugar de residencia de Domingo Lucas Bombal para exponerle la inquietud de fundar un nuevo pueblo, la familia decide la donación a favor de la empresa ferroviaria encargada de explotar la línea Rosario-Puerto Belgrano en cercanías de Bahía Blanca, hecho que definitivamente fundaría al Pueblo Estación Bombal.
El acontecimiento fundacional tiene lugares comunes con todos los otros pueblos de la región, las ricas familias tenedoras de tierra donan una pequeña parte de las mismas para que surque por ella el trazado ferroviario y luego lotean las adyacencias para que se conforme un núcleo urbano, lo diferente en este caso fue el espíritu colectivo de sus primeros colonos que contagiados por el momento histórico que se estaba viviendo, impulsaron ellos mismos el nacimiento de la nueva colonia.
El pueblo tiene un trazado similar a Bigand, un eje fundacional que vincula la estación con la plaza principal y la iglesia consagrada a Santo Domingo de Guzmán, y es precisamente cuando me disponía a sacar la toma que continúa la historia cuando deviene la anécdota que consagra al lugar.
-Buen día señor
-Buen día
-Que anda haciendo, sacando fotos
-Sí
-Trabaja para algún medio,
-No, me gusta sacar fotos nada más, hay algún problema?
-Tiene alguna identificación
-Si tome los documentos
-Está bien, sabe que pasa
-Me lo imagino
-La inseguridad llegó a los pueblos chicos y cuando algún vecino ve a alguien desconocido nos llama a nosotros (Guardia Urbana), o a la policía
-Si claro, lo comprendo, pero y lo digo por experiencia, la situación a veces nos pone un poquito paranoicos, si en vez de a la iglesia me hubiera descubierto sacándole fotos al cajero automático del banco ahí la cosa se hubiera puesto mas seria, digo no?
-Y siiiii,
-Bueno de todas maneras me parece bien que vele por la comunidad que le otorga su sustento, ahora le pregunto, puedo también sentirme seguro yo que nadie me va a hacer daño
-Seguro, para eso estamos
-Fin del spot publicitario.
Ay! que viaje, pasé por Bagdad, acabo de salir de Texas, y ahora qué?
Y sí...hoy portar una cámara fotográfica puede resultar, muchas veces, similar a portar un arma. Algunas cosas conviene no mostrarlas! No te imagino con aspecto sospechoso, aunque después de andar de pueblo en pueblo fotografiando, uno suele mimetizarse con el eslabón perdido! Si resulté sospechosa yo, sacandole fotos a la Iglesia Santa Felicitas, aquí, en pleno Barrio de Barracas, en Buenos Aires...me imagino vos...ya desde tu llegada a cada pueblo, desenfundando la cámara! John Wayne! Abrazo.
ResponderEliminarCoincido con usted Calamity Jane, cada vez nos estamos mimetizando mas con el Lejano Oeste, a veces me veo delante de una estación de la Union Pacific, o haciendo una especie de entrada triunfal en un pueblo minero de Nebraska. Cuídese de la Metropolitana o tenga a mano los celu de Buffalo o Jesse uno nunca sabe cuando los va a necesitar.
ResponderEliminarNos vemos en Silver City.
Abrazo.