Hay evidencias que indican que el pueblo de Renca ya existía al final del primer cuarto del siglo XVIII. De todas maneras, en 1753 el oidor de la Real Audiencia de Chile, Don Gregorio Blanco de Laisequilla fue comisionado para fundar un pueblo en el paraje del Santo Cristo de Renca.
El hecho de la existencia del paraje está ligada a una leyenda ocurrida en el pueblo chileno de Renca, cerca de Limache, ella cuenta que un originario ciego hachaba un espinillo cuando de repente sintió en su rostro salpicaduras de la savia vegetal. Repentinamente recuperó la vista y azorado comprobó la existencia de un pequeño Cristo en el hueco carcomido del árbol. La noticia del milagro se propagó con rapidez por todo Chile y luego cruzó la cordillera con la pequeña imágen en mano del protagonista de la historia, llegando primero a Cuyo y luego a la zona de Córdoba. En cada población que arribaban colocaban a la estatuilla en el templo local provocando la participación masiva de pobladores en importantes ceremonias religiosas.
Al atravesar el río Conlara la mula que cargaba al Cristo se echó y no hubo forma que prosiguiera el viaje, ese acto se interpretó como una señal divina que indicaba que allí debía erigirse una capilla, hecho que se concretó para 1745, tomando el lugar el nombre de Santo Cristo de Renca.
Al comienzo de 1800, el curato de Renca contaba con más de 3000 almas, siendo por ese motivo la ciudad puntana más importante, lo que justifica que para 1810 se erigiera la primera escuela bajo la dirección de Don Fernando Almeida.
El 20 de agosto de 1812 parten desde la plaza, frente a la casa de José Santos, los primeros 27 paisanos que iban a integrarse al Regimiento de Granaderos a caballo del General San Martín, entre ellos iban los tres renqueños que dieron su vida en el Combate de San Lorenzo, librado en las barrancas de dicho pueblo el 3 de febrero de 1813, sus nombres, Januario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos.
Renca también fue cuna de personajes ligados a la política como el político José Santos Ortíz, primer Gobernador Provincial, asesinado luego en Barranca Yaco, junto a Facundo Quiroga y el tres veces gobernador General Pablo Lucero.
Todos los años para el 3 de mayo miles de fieles se congregan en la localidad para adorar al Señor de Renca en una de las capillas más antiguas de San Luis.
Otra versión indica que el Santuario Milagroso del Señor de Renca fue levantado en 1732 coincidiendo con la llegada de los jesuitas, también sobre el verdadero orígen del Cristo hay otra historia, ella deriva de un escrito de 1646, redactado por el padre jesuita Alonso de Ovalle, allí se habla de la existencia de un árbol con forma de cruz perfecta, y que sobre él se observa la imágen de un hombre distinguiéndose en forma muy clara los brazos, que aunque unidos con los de la cruz, resaltan sobre ellos, además del pecho en donde se manifiestan perfectamente las costillas y los huesos hasta la cintura, el redactor menciona que no se distingue ni cara ni cabeza, pero sí dedos y manos.
Renca fue asolada varias veces por grupos de originarios en lucha contra el blanco invasor. Durante el ataque de 1834 llevado a cabo por Yanquetruz, la imagen milagrosa fue puesta a salvo a raíz de una acción de los vecinos que la escondieron en la zona de Las Lagunas.
Una recorrida por la plaza y alrededores es una vuelta al pasado colonial, Renca quedó congelada en el tiempo, mientras que su vecina Tilisarao se desarrolló con mayor intensidad siendo mucho más humilde en sus orígenes, la razón, casi obvia, el ferrocarril pasó por Tilisarao, la ruta nacional 148 pasó por Tilisarao, la actual autopista E55 pasa por Tilisarao y Renca quedó escondida y casi olvidada a 8 kilómetros del universo desarrollado. Todo lo que en su momento pudieron el Cristo del Milagro y la fe de los pobladores se desvaneció cuando el comercio, la minería, los servicios, precisaron del transporte para la interconexión con el resto del mundo, y el transporte y las vías y los caminos se olvidaron de Renca y su Señor Milagroso, nada se hizo en su momento para detener la decadencia del que fuera uno de los centros más importantes del siglo XIX en toda la Provincia de San Luis.
Hoy en día se comienza a hacer justicia, primero porque el pueblo supo conservar no solo el espíritu, sino la materialidad de lo colonial, hoy visitar Renca es entrar en la historia, es ser parte de ella, a través del contacto con sus edificios centenarios y también con todo un trabajo de intervención urbanística que resalta ese espacio colonial, también cuenta con un balneario muy visitado por los lugareños y una escala urbana que cada vez atrae a más viajeros y turistas.
Consejo, no dejen de visitar Renca, y redoblo la apuesta, en viaje hacia o desde Merlo, dispongan de un tiempo si es que prosiguen viaje hacia San Luis capital o hacia el sur, hacia Villa Mercedes, e ingresen en Concarán, Naschel, Tilisarao, Renca, La Toma, San José del Morro, sitios de encanto llenos de historia, piedras talladas, capillas coloniales, castillos abandonados y saltos de agua indescriptibles.
Me cuesta pero salgo de las páginas del libro de historia para proseguir con el viaje rumbo a Tilisarao, tercera parada del cuarto día con final incierto, y a manera de confesión anticipada les cuento que fue incierto y necesitó del auxilio de un Diputado Provincial para que la historia no terminara por diluirse en medio de la nada y con tormenta en ciernes.
El hecho de la existencia del paraje está ligada a una leyenda ocurrida en el pueblo chileno de Renca, cerca de Limache, ella cuenta que un originario ciego hachaba un espinillo cuando de repente sintió en su rostro salpicaduras de la savia vegetal. Repentinamente recuperó la vista y azorado comprobó la existencia de un pequeño Cristo en el hueco carcomido del árbol. La noticia del milagro se propagó con rapidez por todo Chile y luego cruzó la cordillera con la pequeña imágen en mano del protagonista de la historia, llegando primero a Cuyo y luego a la zona de Córdoba. En cada población que arribaban colocaban a la estatuilla en el templo local provocando la participación masiva de pobladores en importantes ceremonias religiosas.
Al atravesar el río Conlara la mula que cargaba al Cristo se echó y no hubo forma que prosiguiera el viaje, ese acto se interpretó como una señal divina que indicaba que allí debía erigirse una capilla, hecho que se concretó para 1745, tomando el lugar el nombre de Santo Cristo de Renca.
Al comienzo de 1800, el curato de Renca contaba con más de 3000 almas, siendo por ese motivo la ciudad puntana más importante, lo que justifica que para 1810 se erigiera la primera escuela bajo la dirección de Don Fernando Almeida.
El 20 de agosto de 1812 parten desde la plaza, frente a la casa de José Santos, los primeros 27 paisanos que iban a integrarse al Regimiento de Granaderos a caballo del General San Martín, entre ellos iban los tres renqueños que dieron su vida en el Combate de San Lorenzo, librado en las barrancas de dicho pueblo el 3 de febrero de 1813, sus nombres, Januario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos.
Renca también fue cuna de personajes ligados a la política como el político José Santos Ortíz, primer Gobernador Provincial, asesinado luego en Barranca Yaco, junto a Facundo Quiroga y el tres veces gobernador General Pablo Lucero.
Todos los años para el 3 de mayo miles de fieles se congregan en la localidad para adorar al Señor de Renca en una de las capillas más antiguas de San Luis.
Otra versión indica que el Santuario Milagroso del Señor de Renca fue levantado en 1732 coincidiendo con la llegada de los jesuitas, también sobre el verdadero orígen del Cristo hay otra historia, ella deriva de un escrito de 1646, redactado por el padre jesuita Alonso de Ovalle, allí se habla de la existencia de un árbol con forma de cruz perfecta, y que sobre él se observa la imágen de un hombre distinguiéndose en forma muy clara los brazos, que aunque unidos con los de la cruz, resaltan sobre ellos, además del pecho en donde se manifiestan perfectamente las costillas y los huesos hasta la cintura, el redactor menciona que no se distingue ni cara ni cabeza, pero sí dedos y manos.
Renca fue asolada varias veces por grupos de originarios en lucha contra el blanco invasor. Durante el ataque de 1834 llevado a cabo por Yanquetruz, la imagen milagrosa fue puesta a salvo a raíz de una acción de los vecinos que la escondieron en la zona de Las Lagunas.
Una recorrida por la plaza y alrededores es una vuelta al pasado colonial, Renca quedó congelada en el tiempo, mientras que su vecina Tilisarao se desarrolló con mayor intensidad siendo mucho más humilde en sus orígenes, la razón, casi obvia, el ferrocarril pasó por Tilisarao, la ruta nacional 148 pasó por Tilisarao, la actual autopista E55 pasa por Tilisarao y Renca quedó escondida y casi olvidada a 8 kilómetros del universo desarrollado. Todo lo que en su momento pudieron el Cristo del Milagro y la fe de los pobladores se desvaneció cuando el comercio, la minería, los servicios, precisaron del transporte para la interconexión con el resto del mundo, y el transporte y las vías y los caminos se olvidaron de Renca y su Señor Milagroso, nada se hizo en su momento para detener la decadencia del que fuera uno de los centros más importantes del siglo XIX en toda la Provincia de San Luis.
Hoy en día se comienza a hacer justicia, primero porque el pueblo supo conservar no solo el espíritu, sino la materialidad de lo colonial, hoy visitar Renca es entrar en la historia, es ser parte de ella, a través del contacto con sus edificios centenarios y también con todo un trabajo de intervención urbanística que resalta ese espacio colonial, también cuenta con un balneario muy visitado por los lugareños y una escala urbana que cada vez atrae a más viajeros y turistas.
Consejo, no dejen de visitar Renca, y redoblo la apuesta, en viaje hacia o desde Merlo, dispongan de un tiempo si es que prosiguen viaje hacia San Luis capital o hacia el sur, hacia Villa Mercedes, e ingresen en Concarán, Naschel, Tilisarao, Renca, La Toma, San José del Morro, sitios de encanto llenos de historia, piedras talladas, capillas coloniales, castillos abandonados y saltos de agua indescriptibles.
Me cuesta pero salgo de las páginas del libro de historia para proseguir con el viaje rumbo a Tilisarao, tercera parada del cuarto día con final incierto, y a manera de confesión anticipada les cuento que fue incierto y necesitó del auxilio de un Diputado Provincial para que la historia no terminara por diluirse en medio de la nada y con tormenta en ciernes.
MI COMENTARIO ES UNA ACLARACIÓN SOBRE EL PERSONAJE IDENTIFICADO EN UN PÁRRAFO COMO JOSE SANTOS ,EN REALIDAD SE TRATA DE JOSE SANTOS ORTIZ,PRIMER GOBERNADOR PROVINCIAL Y ACTIVO POLÍTICO, LUEGO ASESINADO JUNTO A FACUNDO QUIROGA EN BARRANCA YACO.
ResponderEliminarGRACIAS.
RICARDO ROCHA
Amigo Ricardo, muchas gracias por el dato, lo incorporé al post debido a la importancia del tema. Si encuentras algún dato erróneo o quieres aportar más información estoy abierto a tu sabiduría
EliminarAbrazo!!!!