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sábado, 22 de noviembre de 2014

Ir al pasado, Laguna Paiva (la previa), Santa Fe, Argentina

Mientras sigo abocado en contar las historias ferroviarias del último viaje, dejo a manera de previa unas cuantas tomas de la última experiencia al mundo de los abandonos ferroviarios, coronados por una naturaleza generosa que se manifiesta esplendorosa entre tanto fierro oxidado.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Napostá, Buenos Aires, Argentina

La última parada, las últimas 20 tomas para llegar a un total de 1012, cuanto ví, cuanto aprendí, cuanto sentí, fue un viaje muy enriquecedor con pocos no y menos enojos.

Napostá fue inaugurada en el año 1884, perteneció al FCS hasta la compra y nacionalización de los ferrocarriles, para luego ser parte del Ferrocarril General Roca, hasta las privatizaciones menemistas que determinaron que por sus vías corran hoy trenes de carga del FerroExpreso Pampeano y el servicio de pasajeros de Ferrobaires para su línea Constitución-Bahía Blanca, vía La Madrid.
Su materialidad es de ladrillos a la vista y techo a dos aguas revestido con tejas francesas. La carpintería es de madera y coronan la construcción dos bellas chimeneas en ladrillo. Frente al edificio existe un galpón también de ladrillos a la vista con techo de tejas y portones de madera. Un poco más al N encontramos al típico galpón cerealero de chapa, aquel que supo albergar grandes bailes allá lejos por la década del cincuenta cuando la población orillaba las cien almas.
Recuerden que fue aquí, en estación Napostá, donde llegó el contingente de ochocientos irlandeses seducidos por las promesas de la empresa fantasma Vitícola Argentina S.A y fue desde aquí donde partieron hacia el cadalso, hacia esa trágica fantasía llamada Napostá Colony.
La estación no se utiliza como tal desde la década del noventa, el censo del 2010 no considera a Napostá como pueblo y los escasísimos habitantes son tomados como población rural dispersa. A contados metros del edificio ferroviario se alza la escuela 45,  y como no podía ser de otra manera, se encuentra...abandonada.
Dejo Napostá, la espera en la terminal de Bahía es corta y no alcanza para que pueda escribir sobre los últimos momentos del viaje, siempre los últimos momentos quedan en blanco, sin registro escrito, tan solo vivirán mientras funcione la memoria. La vuelta es casi en solitario, tan sólo tres personas conformamos el pasaje de ese servicio del Central Argentino que proseguirá su ruta hacia Paraná.
Ahora habrá que esperar una nueva cosecha, los días calurosos no son los más propicios para andar recorriendo pampas y desolaciones, nuevamente será el destino quién juegue la próxima carta para ver como prosigue el juego.


Tres Picos, Buenos Aires, Argentina

El destino indicó que no había que retrasar la vuelta a casa, las empresas que viajan a Rosario no entran a Tornquist, volver vía Buenos Aires o La Plata no tendría sentido, la experiencia Villa Ventana se coronó como el único fracaso del recorrido, así que mejor pago el hotel y me vuelvo para Bahía, tengo un márgen de tres horas como para visitar Tres Picos y Napostá, ambas a pocos kilómetros de la nacional 33.

La estación Tres Picos del FCS se construyó con posterioridad al tendido de la línea, esta vez por un motivo netamente operativo, acortar las distancias entre las paradas principales, ubicadas aproximadamente 40 kilómetros una de otra. Se habilitó en 1907 con vista al cerro cumbre del sistema de la Ventana y de la Provincia de Buenos Aires, el Tres Picos manda con sus 1239 metros de altura.
El edificio es característico del FCS a principios del siglo XX, con los bow windows y el relieve dentado que enmarca los cerramientos.
Actualmente es parada del Ferrobaires para su sección Constitución-Bahía Blanca vía La Madrid.

La localidad llegó a tener 800 habitantes, hoy tan solo cuenta con 82 de almas que viven de las tareas ligadas al campo. Existe un proyecto para construir en la zona un parque eólico, sin dudas esto traería aparejado mano de obra, reactivación económica y mejora en el servicio de provisión eléctrica, espero no pecar de ingenuo...

Sigo viaje hacia el último punto del recorrido, luego vendrá Bahía Blanca y la vuelta a casa, demasiado por siete días locos.



domingo, 9 de noviembre de 2014

La ciudad de Tornquist, Buenos Aires, Argentina

El proyecto del ministro de guerra y marina Adolfo Alsina de avanzar sobre los territorios pertenecientes a los pueblos originarios, determinó en 1876 la fundación del Fuerte Argentino por la división Bahía Blanca en el paraje conocido como Paso de los Chilenos a orillas del río Sauce Chico.
En 1883 el FCS llega con su ramal Olavarría-Bahía Blanca vía La Madrid, y Ernesto Tornquist forma varios establecimientos dedicados a la explotación ganadera, conformando una colonia tras la división de una pequeña parte de sus extensas tierras. Las mismas fueron compradas luego que salieran a la venta las extensiones ganadas a los originarios. Este emprendimiento pasó a ser administrado por una sociedad anónima que tomó el nombre de Estancia y Colonia Tornquist.
En el año 1900 la mencionada sociedad gestionó la mensura y delineación de las tierras, en 1905 se crea el partido y se fija como ciudad cabecera del mismo al nuevo pueblo de Tornquist.

Después del largo viaje de esta mañana llegué por fin a esta prolijísima ciudad, me alojé en el Hotel Moreno, un nuevo emprendimiento ubicado sobre la ruta a unas seis cuadras de la plaza principal, seguía sin idea de como proseguir el viaje, por ahora solo quería conocer la ciudad y si se daba por la tarde ir al destruído hotel de Villa Ventana, para mañana domingo regresar a Rosario vía ruta 33, Buenos Aires o La Plata.
Las circunstancias determinarán como seguirá el día y por donde será la vuelta.

El edificio de la municipalidad es obra del monumental Salamone, desgraciadamente por ser sábado al mediodía no puede recorrer su interior. Todavía hasta hoy se cumple el precepto salamónico que sus edificios públicos sean el faro de la ciudad, hoy la torre de la municipalidad sigue siendo la construcción más alta de Tornquist, coronada por el reloj que marca desde el estado el tiempo de los ciudadanos.
El diseño de la plaza no es del arquitecto siciliano, la misma que mas que plaza debería considerarse como parque, ya que ocupa cuatro manzanas, es obra del reconocido paisajista Carlos Thays. Salamone diseña para la misma 26 farolas grandes, otras pequeñas, el puente que cruza sobre los dos lagos artificiales, el mástil y los bancos con su impronta art decó.
Si alguna vez andan por la nacional 33 no dejen de darse una vueltita por la ciudad mas no sea para visitar la plaza, aparte de su belleza paisajística y ornamental para reconocer como se puede mantener limpio y cuidado un gran espacio público, un 10! para todos los involucrados en el asunto.
Antes de seguir con la vuelta se impone una obligada parada en la iglesia de Santa Rosa de Lima.
Como escribí antes Tornquist le encarga a Carlos Thays el diseño de la plaza y también le pide a Vediaqua que le construya una iglesia neogótica con el espíritu de las construcciones europeas. La piedra fundamental se coloca en 1903 y la misma se bendice en 1907.
A ambos laterales de la entrada encontramos reproducciones realizadas por Von Emit Bonn en Munich de cuadros de Hubert van Eyck, fundador junto a su hermano Jan de la escuela flamenca holandesa, las mismas fueron donaciones de la familia Tornquist, al igual que todos los implementos para la liturgia. Todas las pinturas son obras de José Fuentes Rada, quién comenzó a pintarlas en 1961; este artista nació en Granada en 1926 y llegó a nuestro país en 1950, realizando trabajos artísticos en veinte iglesias.


La tumba de Ernesto y Rosa
La plaza/parque consta de cuatro manzanas con la iglesia en el centro de la misma, mirando hacia la estación del ferrocarril; en 1909 se colocan dos fuentes de agua, el niño con la caña, obras importadas desde Francia y donadas por la familia Tornquist. En 1911 se inaugura el monumento al fundador de la ciudad, entre los años 1921 y 1922 se construyen los lagos artificiales para ser utilizados como proveedores de agua para el enfriamiento de la usina eléctrica instalada en los alrededores.
Entre 1937 y 1938 interviene en la misma Salamone realizando las siguientes tareas, se abren las avenidas peatonales, se cierran los accesos para carruajes que llegaban hasta la puerta de la iglesia, se coloca el mástil, el puente, las farolas y los bancos. En 1944 se construye el salón parroquial y entre 1950 y 1983 se instalan más monumentos.

Los niveles de simetría definen la plaza, todo concuerda, todo está alineado y Don Ernesto se antepone a todo, a la iglesia, a la municipalidad, construída con posterioridad vale aclarar.
La recorrida continúa por la estación del FCS en plena actividad y con parada del Ferrobaires para su línea Constitución-Bahía Blanca.

En el año 1883 Ernesto Tornquist donó quebrachos para los durmientes del ferrocarril, logrando que la compañía establezca una estación intermedia donde poco antes había loteado parte de sus tierras para venderla a colonos, en su mayoría alemanes del Volga. El primer tren del FCS corrió en junio de 1883
No puedo terminar la entrada de la ciudad sin escribir algo sobre el mentor de la misma.

Ernesto Tornquist nace el 31 de diciembre de 1842 en Buenos Aires, aunque algunos detractores afirman que habría nacido en Austria, su padre era alemán y su madre Rosa Camusso Alsina fue una víctima más de la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Ernesto hizo sus primeros estudios en una escuela alemana y posteriormente, en 1856 fue enviado por dos años a estudiar en Alemania. En 1872 se casó con Rosa Altgelt, esto le permitió entrar a trabajar en la empresa de su suegro, pero al tiempo cuando se produce el retiro de éste, queda como principal accionista de la compañía, haciéndose cargo de la misma en 1879 cambiando el nombre original por el de Ernesto Tornquist y Cía. La empresa comenzó a diversificar sus actividades dedicándose principalmente a la importación de manufacturas y a la exportación de materias primas. En 1880 creó en Rosario la Refinería Argentina, primera planta de tratamiento de caña de azúcar del país. Otras iniciativas fueron el banco que lleva su nombre, la fundición Zamboni, la cervecería Bieckert, los astilleros de Berisso, la fábrica de artefactos cerámicos Ferrum, además de fábricas de óleo margarinas, balanzas y talleres metalúrgicos. Inició en 1886 la exploración y explotación de petróleo en Mendoza, de quebracho en Santa Fe y construyó junto a capitales belgas el ferrocarril del Norte de Santa Fe para transportar la producción maderera.
Tornquist mantuvo una estrecha amistad con Julio Roca y Carlos Pellegrini, inclusive fue asesor en temas económicos, esto le permitió instrumentar gran parte de sus negocios.
El siglo XX lo encuentra edificando el Torreón de Mar del Plata y el hotel Plaza sobre la calle Florida, cazando ballenas en las Georgias del Sur para su Compañía Argentina de Pesca (CAP); fue representante de la multinacional alemana Aceros Krupp, cargo que vió tambalear debido a posiciones encontradas sobre el rearme argentino en vistas a posibles conflictos limítrofes con Chile y Brasil con el ministro de guerra de Figueroa Alcorta, Estanislao Zeballos.
Será durante la segunda presidencia de Roca que Don Ernesto jugará su prestigio en tres temas fundamentales, la estabilidad de nuestra moneda, la unificación de la deuda externa y la paz con Chile.
Los detractores por su parte denuncian que su fortuna estuvo ligada a grandes negociados vinculados con sus estrechos lazos con el máximo poder en Argentina, citan por ejemplo que durante "la campaña del desierto" utilizó originarios prisioneros en calidad de esclavos en sus emprendimientos azucareros, esa actitud reprochable lo ubica con cierto grado de complicidad respecto de las atrocidades y el genocidio llevado adelante por el estado contra los pueblos originarios.
Falleció el 17 de junio de 1908 y desde el 14 de setiembre de 1992 sus restos y los de su esposa Rosa yacen en la iglesia Santa Rosa de Lima de su ciudad.