La Trinidad fue fundada por María Unzué de Alvear, propietaria del establecimiento San Jacinto.
En el año 1923 el agrimensor Arsenio Bergallo realizó el trazado del pueblo, un año después se escrituraron las reservas de uso público para edificios comunales, las calles y la plaza. El ejido se extendía hasta lo que hoy conocemos como la localidad de Ferré, cuando todavía allí no existía población alguna.La estación de ferrocarril comienza a funcionar en 1915 como parte del ramal Fátima a 4 de Febrero del FCBA, ramal que en 1948 pasa a engrosar el patrimonio del Ferrocarril General Urquiza. En 1961 en virtud de lo estipulado por el Plan Larkin, de achicamiento de ramales secundarios, se clausura el tramo Rojas a 4 de Febrero, procediendo a retirar las vías del mismo.
En 1929 Doña María Unzué de Alvear subdivide lotes y dona alguno de ellos para el establecimiento de unidades educativas, es ahí donde nace la Escuela Agrícola Salesiana, hoy uno de los establecimientos agro técnicos más importantes de Argentina y Sudamérica, respondiendo al propósito de ella, que deseaba el establecimiento de un colegio salesiano para los hijos de los puesteros y trabajadores de su estancia San Jacinto.
La relación entre las localidades de La Trinidad y Ferré distantes tan solo 2000 metros entre sí es muy curiosa. A pesar que la primera de las nombradas nace con anterioridad, el establecimiento de otra estación perteneciente a la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires (CGBA), provocó que la población se radicara en torno a la misma, frenando el desarrollo de La Trinidad, hecho que se puede visualizar hoy si comparamos la evolución poblacional, los cascos urbanos y la situación de de prosperidad de Ferré con respecto a la involución de la localidad primigenia.
La población actual alcanza a las 308 personas según el censo de 2010, posee aparte de la mencionada Escuela Agrotécnica, un jardín de infantes, un colegio para adultos, la escuela 23 y la Capilla de la Santísima Trinidad, erigida en 1979, que guarda en su interior las estaciones del Vía Crucis que pertenecieron a la capilla de la estancia San Jacinto.
El edificio de la estación quedó dentro de un campo y está en completo estado de abandono.
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