A causa del agua llegada a traves del recientemente construido Canal Ameghino, en 1985 la laguna Epecuén tenía un nivel de siete metros por encima de la Villa Laguna Epecuén, un conocido balneario termal de la época. En plena temporada turística, el terraplén que contenía el agua cedió e inundó la ciudad de agua salada. Recién hoy el nivel de le la laguna bajo lo suficiente para permitir ver los restos de los pocos edificios que quedaron en pie. Entre ellos se destaca este matadero hecho por Francisco Salamone en la década del 30, éste Ingeniero y Arquitecto italiano desarrolló su trabajo durante la década mencionada y los cuarenta, produciendo obra pública con un marcado estilo art-decó, racionalista, modernista y futurista, vanguardismos que en dicho período fueron tomados por regímenes que dotaban a la arquitectura de una noción propagandística que reafirmaba el carácter fuerte de un estado que necesitaba mostrar su poder, Salamone contribuyó a la perfección con ese mandato dotando a los pueblos del sur de la Provincia de Buenos Aires con obras que resaltaban la idea de un estado moderno, poderoso y futurista.
Viajes por pueblos perdidos, olvidados, polvorientos, sitios que se han borrado de los mapas oficiales, pero que guardan secretos y bellezas para quién se asome a ellos.
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domingo, 30 de octubre de 2011
Cinco fotos para una historia, El Matadero de Villa Epecuén, Buenos Aires, Argentina
A causa del agua llegada a traves del recientemente construido Canal Ameghino, en 1985 la laguna Epecuén tenía un nivel de siete metros por encima de la Villa Laguna Epecuén, un conocido balneario termal de la época. En plena temporada turística, el terraplén que contenía el agua cedió e inundó la ciudad de agua salada. Recién hoy el nivel de le la laguna bajo lo suficiente para permitir ver los restos de los pocos edificios que quedaron en pie. Entre ellos se destaca este matadero hecho por Francisco Salamone en la década del 30, éste Ingeniero y Arquitecto italiano desarrolló su trabajo durante la década mencionada y los cuarenta, produciendo obra pública con un marcado estilo art-decó, racionalista, modernista y futurista, vanguardismos que en dicho período fueron tomados por regímenes que dotaban a la arquitectura de una noción propagandística que reafirmaba el carácter fuerte de un estado que necesitaba mostrar su poder, Salamone contribuyó a la perfección con ese mandato dotando a los pueblos del sur de la Provincia de Buenos Aires con obras que resaltaban la idea de un estado moderno, poderoso y futurista.
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