En verdad el sitio que ocupaban los enamorados era el mejor lugar para retratar la puesta de sol tras el lago, aguardé por si decidían irse al momento del crepúsculo, pero no, podemos entonces decretar el triunfo para éste amor pampeano, mientras que quién escribe, saludó sin ser visto y transladó su osamenta más allá del paraíso.
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