La Casa del Puente es una obra del Arquitecto Amancio Williams, eslabón indispensable del denominado Movimiento Moderno del que participaron entre otros los arquitectos más destacados de los últimos cien años, Le Corbusier, F.L.Wright y Mies Van der Rohe, precisamente estos tres han generado obras con conceptos y resultantes formales similares a las obtenidas por Amancio para su casa sobre el arroyo.
La obra fue proyectada y dirigida por él mismo entre los años 1943 y 1945, teniendo como destinatario su padre, el músico Alberto Williams.
Sin duda la inserción de la obra en medio de un bosque de pinos y robles, sobre el escueto cauce del Arroyo Las Chacras, hito fundacional de MDP, es lo que atrae a primera vista. La perfecta síntesis de ese bloque rectangular montado sobre esa suave curva que parece ser parte del entramado fantástico del bosque que la contiene no deja de sorprender. Ayuda también a la integración el uso de hormigón a la vista, con esa textura rústica y sucia que establece un inmediato diálogo con las cortezas de los árboles centenarios que comprenden el Parque Pereyra Iraola.
En la década del 70 producida la muerte de Don Alberto la casa fue utilizada por una radio local, los nuevos propietarios introdujeron algunos cambios internos, conservando los trazos gruesos del diseño integral de Amancio. La dictadura cierra la la radio, en 1977 el conjunto casa y bosque circundante es declarado MHN, pero sigue perteneciendo a privados que se ven envuelto en un interminable juicio sucesorio. El administrador de la sucesión asumió mientras pudo el tema de la conservación de la casa, pero a raíz de la dilación de la causa, abandonó esa función en noviembre del 2003. Ese hecho sentenció a muerte al edificio, durante ese tiempo de indefección la casa fue saqueada, en especial fueron robados y destruidos todos los muebles e instalaciones diseñadas por Amancio, pero como aparentemente ese daño todavía no bastaba, fue incendiada y no una vez, dos veces, hasta que en octubre del 2004 se ordena la implementación de un sistema de vigilancia para evitar que desaparezca por completo el edificio.
En diciembre de 2012 la propiedad es adquirida por la Municipalidad de General Pueyrredón quién se hace cargo de una serie de refacciones sobre todo a nivel volúmen, limpieza de la fachada, colocación de vidrios, ordenamiento y mantenimiento general del predio, hasta llegar al 11 de enero del 2013, fecha en que el conjunto es abierto al público, existiendo en la actualidad un trabajo de reciclado sobre el edificio auxiliar que completaba el conjunto.
La integración del bosque con la obra es tan genial que por su culpa no se puede capturar al edificio en su totalidad, nunca queda lo suficientemente libre como para tomar al volúmen en su total dimensión. El todo se fracciona y aparece en cuadro con un trozo de bosque, haciendo imposible pensar a la obra sin el paisaje que la contiene.
La visita guiada cuesta 20 pesos y dura unos veinte minutos, el tiempo luego de permanencia en el predio es ilimitado. Cabe acotar que el pequeño hilo de agua que fluye a manera de arroyo es artificial, ya que el verdadero cauce del Chacras está entubado.
Cuesta abandonar un lugar como este, pero todavía me faltaba recorrer un último punto, el Museo Castagnino sobre la Avenida Colón. Llegué y me sorprendió que estuviera cerrado, toqué timbre y salió el policía del dibujito Alejo y Valentina quién me comunicó ocho veces que el mismo se encontraba cerrado, ante tal obviedad y temiendo que me dijera la frase "Me va a tener que acompañar, no se puede visitar el Museo cuando está cerrado" me fui, enterándome luego por un vecino que está cerrado por cambio de muestra.
Las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, la noche del último día había llegado, la venganza final estaba a punto de consumarse, casi un kilo de mariscos en forma de cazuela me esperaban nuevamente en Alito.
La obra fue proyectada y dirigida por él mismo entre los años 1943 y 1945, teniendo como destinatario su padre, el músico Alberto Williams.
Sin duda la inserción de la obra en medio de un bosque de pinos y robles, sobre el escueto cauce del Arroyo Las Chacras, hito fundacional de MDP, es lo que atrae a primera vista. La perfecta síntesis de ese bloque rectangular montado sobre esa suave curva que parece ser parte del entramado fantástico del bosque que la contiene no deja de sorprender. Ayuda también a la integración el uso de hormigón a la vista, con esa textura rústica y sucia que establece un inmediato diálogo con las cortezas de los árboles centenarios que comprenden el Parque Pereyra Iraola.
En la década del 70 producida la muerte de Don Alberto la casa fue utilizada por una radio local, los nuevos propietarios introdujeron algunos cambios internos, conservando los trazos gruesos del diseño integral de Amancio. La dictadura cierra la la radio, en 1977 el conjunto casa y bosque circundante es declarado MHN, pero sigue perteneciendo a privados que se ven envuelto en un interminable juicio sucesorio. El administrador de la sucesión asumió mientras pudo el tema de la conservación de la casa, pero a raíz de la dilación de la causa, abandonó esa función en noviembre del 2003. Ese hecho sentenció a muerte al edificio, durante ese tiempo de indefección la casa fue saqueada, en especial fueron robados y destruidos todos los muebles e instalaciones diseñadas por Amancio, pero como aparentemente ese daño todavía no bastaba, fue incendiada y no una vez, dos veces, hasta que en octubre del 2004 se ordena la implementación de un sistema de vigilancia para evitar que desaparezca por completo el edificio.
En diciembre de 2012 la propiedad es adquirida por la Municipalidad de General Pueyrredón quién se hace cargo de una serie de refacciones sobre todo a nivel volúmen, limpieza de la fachada, colocación de vidrios, ordenamiento y mantenimiento general del predio, hasta llegar al 11 de enero del 2013, fecha en que el conjunto es abierto al público, existiendo en la actualidad un trabajo de reciclado sobre el edificio auxiliar que completaba el conjunto.
La integración del bosque con la obra es tan genial que por su culpa no se puede capturar al edificio en su totalidad, nunca queda lo suficientemente libre como para tomar al volúmen en su total dimensión. El todo se fracciona y aparece en cuadro con un trozo de bosque, haciendo imposible pensar a la obra sin el paisaje que la contiene.
La visita guiada cuesta 20 pesos y dura unos veinte minutos, el tiempo luego de permanencia en el predio es ilimitado. Cabe acotar que el pequeño hilo de agua que fluye a manera de arroyo es artificial, ya que el verdadero cauce del Chacras está entubado.
Las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, la noche del último día había llegado, la venganza final estaba a punto de consumarse, casi un kilo de mariscos en forma de cazuela me esperaban nuevamente en Alito.