sábado, 18 de abril de 2015

Leandro Nicéforo Alem, Buenos Aires, Argentina

Un buen mural colorido y esperanzador puede servir para comenzar mejor la mañana cuando pasamos ante él camino al trabajo, la escuela o las compras diarias.
Vaya entonces una felicitación al creador de tal obra que por lo menos generó en mí una impensada dosis de buena onda.
Leandro Nicéforo Alem se ubica en el partido homónimo a 298 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y a 16 de Vedia siempre siguiendo el devenir de la nacional 7.
El pueblo nació gracias al impulso del Coronel Martín D. Yrigoyen, quién en 1896 realiza un parcelamiento de 173 hectáreas de su campo junto a la estación "Alem", así a secas, del BAP ya establecida desde 1886, año en que comenzó a funcional el ramal Mercedes (BA)-Villa Mercedes (SL).
La fecha oficial de fundación se estableció para el 26 de junio de 1897, pese a que ya para 1896 habían llegado a estas tierras familias que establecieron los primeros negocios.
El nombre impuesto por el Coronel Yrigoyen rinde homenaje a su tío, el gran político revolucionario Leandro N. Alem, quién representara la oposición más radicalizada al "régimen falaz y descreído" del entreguista Juárez Célman. Hijo de un almacenero rosista fusilado, abogado y fervoroso autonomista, desde 1870 abogaba en las tribunas políticas y los recintos legislativos por el sufragio universal, la moral administrativa y el patriotismo. Fue el impulsor de la Unión Cívica e intentó tomar el poder a través de un movimiento revolucionario que derrocara al entregador Célman.
El levantamiento fue conocido como "La Revolución del Parque" y a pesar de haber forzado la renuncia del presidente, dicho movimiento fracasó, Mitre pactó un gobierno con Carlos Pellegrini y él funda la Unión Cívica Radical, que contaría pronto con el liderazgo de su sobrino, Don Hipólito Yrigoyen.
Cansado, enfermo y abatido, el 1 de julio de 1896 Alem se quita la vida con un tiro certero.
La antigua delegación municipal es obra de Salamone, hoy convertida en sala de primeros auxilios, presenta una fachada muy bien conservada, todo lo contrario al otro edificio del gran maestro que presenta un estado terriblemente deplorable.
La parroquia está consagrada a San Roque, además la localidad cuenta con todos los servicios e instituciones necesarias para el desarrollo normal de las actividades de sus habitantes.
Posee jardín de infantes, escuela primaria, escuela media, dos clubes, cooperativa de agua potable, eléctrica y ganadera, unidad sanitaria equipada, delegación municipal y policial, emisora de radio, banco y servicio de sepelios.

Hasta aquí todo lo visto marca una dedicación por conformar un espacio amigable para el buen vivir de sus pobladores, ciudad limpia, prolija y cuidada.
Para el final del recorrido dejé la otra obra de Salamone, el matadero y como no sabía de su ubicación exacta pregunté a los vecinos para que me guiaran, el primero me contestó que no sabía sobre la existencia de un matadero, el segundo me mandó al basurero municipal y el tercero me confirmó la sospecha.


Rodeado de un terraplén de dos metros de altura y miles de kilos de basura asoma a lo lejos la inconfundible silueta de otra obra de Salamone, sobre su estado y uso caben todas las preguntas posibles y ninguna respuesta lógica más allá de una mentira, un sincericidio o una cobarde negativa.


En verdad pregunto, que es esto, como se puede tener una obra de carácter patrimonial en semejante estado, entiendo que hay prioridades pero tampoco aparecen un hospital de alta complejidad, una universidad ni un complejo polideportivo y cultural a escala regional, repito el resto de la comunidad es limpia, prolija y cuidada, pero acá desbarranca y mal.



Como desconozco si hay algún impedimento legal para que la municipalidad pueda intervenir sobre el edificio, dejo abierta la pregunta a quién quiera responderla, ahora sí creo que bien se podría intervenir para que el predio no sea el basurero municipal y por lo menos se pudiera acceder al edificio sin riesgo alguno.



Me voy del predio esquivando cubiertas, pañales, perros muertos, lavarropas, partes de carrocerías, osamentas, envases plásticos, cartones, material de demolición, ropa, juguetes, insumos médicos y toallitas femeninas mientras que por la entrada asoma un camión Ford trayendo la recolección del día, saludo amablemente a los compañeros municipales mientras mascullo en silencio reprimido un "perdónalos Salamone, no saben lo que hacen".


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