domingo, 26 de abril de 2015

Chapaleofú, Buenos Aires, Argentina

Quince kilómetros de tierra pampeana separan Miranda de Chapaleofú, al llegar enseguida uno constata que nunca llegó a consolidarse como pueblo, tan solo casas aisladas y la estación que comienza a ser presa de un monte que poco a poco empieza a deglutirla.
Algunas reseñas encontradas en la red hablan de un momento de relativo esplendor allá por los treinta y cuarenta cuando acopiadores de aves, tambos, cremerías y hasta una fábrica de quesos movilizaban gente y mantenían con vida almacenes, la panadería, la carnicería, la herrería, la escuela, el club y hasta al policía.
Hoy Chapaleofú cuanta con la escuela Nº11, viviendas dispersas, antiguas estructuras que seguramente albergaron las actividades antes descritas, una seguidilla de añosos árboles mutilados vaya uno a saber en que circunstancia y la estación cerrada, destruída pero no al punto de pérdida total, podría ser recuperada con inversión y mucho trabajo, algo que a esta altura no parece, es un imposible.
Durante la recorrida no ví gente pero sí funciona el comité de bienvenida al que gentilmente retribuí sus salutaciones.


Un descendiente del gran Cacique pampeano Radicurá y Ed, el amigo americano


El gran edificio frente a la estación



La estación



Chapaleofú es un vocablo de orígen araucano que significa aguas pantanosas y se relaciona con el arroyo que baja de las sierras de Tandil y desagua en el canal 12.






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