sábado, 1 de noviembre de 2014

Sobre San José del Morro y la luz del final, San Luis, Argentina

El Morro es un viejo topónimo que aparece ya en el expediente de probanzas de méritos y servicios del capitán Tristán de Tejeda, levantado en Córdoba en octubre de 1614. Acontecimientos allí referidos hablan de circunstancias sucedidas en la zona para los años 1580, y en dichos del padre Cabrera ya antes de la conquista española, deambulaban por la zona los originarios al mando del bravo Cacique Cayambel.
La población propiamente dicha tuvo su orígen en la capilla construída en los albores de la segunda mitad del siglo XVIII por Don Pablo Suárez, éste dona el terreno para que sus hijos "Tuvieran sepultura de balde en esta capilla".
San José del Morro fue posta del camino real que unía el Virreynato del Río de la Plata con la capitanía de Chile, dicha senda entraba al actual territorio puntano por la posta del Portezuelo, luego se dirigía al Morro, continuando rumbo al Oeste en dirección de San Luis para luego enfilar directamente al poniente, atravesar los Andes y terminar en territorio chileno.
En 1775 se establece el primer fortín que intentaba defender al pueblo de los ataques producidos por los originarios Ranqueles.
Poner un pié en tierra es entrar inmediatamente en la historia, frente a la plaza se alza toda la cuadra histórica con edificios tricentenarios, al frente luce la iglesia declarada Monumento Histórico Nacional en 1981.
Muy cerca de San José, en Los Nogales nació el 25 de diciembre de 1796 uno de los hombres que más gravitación tuvo en la historia de la tierra puntana, el teniente general Don Juan Esteban Pedernera, hoy la plaza y la calle principal del histórico pueblo llevan el nombre del prócer. También es hijo de esta tierra el general Pablo Lucero, gobernador provincial entre 1841 y 1854, fue el introductor de la primera imprenta que funcionó en la provincia, también fundó junto al fraile catamarqueño Luis Joaquín Tula el primer colegio secundario de San José.
Otro hecho histórico cuenta que el Papa Pío IX en viaje hacia Chile pernoctó en la localidad, oficiando una misa.
Museo e iglesia
Aljibe y plaza
Capilla y tormenta en ciernes

La cuadra histórica de San José del Morro guarda todos los hechos relevantes que sucedieron en la comunidad. El 8 de setiembre de 1816 desde su único balcón se realiza la lectura y el juramento de y hacia la Independencia Nacional que había tenido lugar en San Miguel de Tucumán.
En 1818 el General San Martín le envía una misiva al gobernador Dupuy pidiéndole una movilidad por encontrarse roto el carruaje en donde viajaba. En esa oportunidad permaneció unos días en el pueblo pernoctando en la casa de alto que engalana la cuadra histórica.
San José del Morro es designada en 1854, posta del sistema de mensajería nacional. Para quienes se interesen por la historia y algo más, el pueblo tiene un hermoso balneario en donde se puede disfrutar de las frescas aguas del río San José que baja del morro y se detienen en la pileta construída en el lecho del mismo.
También se puede acceder al volcán propiamente dicho, el mismo tiene forma de cono truncado con una base cuyo diámetro mayor alcanza los catorce kilómetros. En su parte superior se destacan agudas puntas que alcanzan los 1680 metros, éstas se disponen en círculos y cierran una depresión cuyo fondo se ubica a los 1250 metros. Hay senderos que permiten el ascenso a caballo, en modalidad de trekking, o con 4x4.
Faltan quince minutos para las siete de la tarde, me queda hora y moneditas para volver a estar en la terminal esperando el cole hacia Villa Mercedes, Miguel me propone volver a La Toma vía Juan Llerena, acepto total la distancia y el tiempo lo permiten, siempre y cuando no aparezca ningún imprevisto, de esos que cada tanto aparecen...
La magia sucede en el camino de enlace entre San José del Morro y Juan Lllerena, una desoladísima recta que nos regala una de esas puestas de sol con rayos salidos de esas páginas bíblicas que nos hablan de la luz divina.
Epa!!, y si de repente se abre el cielo y aparece Él, donde me meto todo mi anarkotrotkismomaonihilismo, mejor disfruto del regalo de mi amada madre natura y me olvido de los milagros y los ismos.
Si pudiera elegir el lugar y el momento de mis últimos pasos, no tendría mucho para pensar, un sito al lado del camino mientras pasa a lo lejos una puesta de sol.
Confieso que me faltaron tres fotos más para largarme a llorar a moco tendido ante tal manifestación de la naturaleza, hecho que tan sólo sucedió hasta ahora una sola vez en plena Puna catamarqueña.
19:00 en punto, volvemos, saldremos por Juan Llerena rumbo a La Toma, quizás deba empezar a considerar la posibilidad de no ir a ver  la capilla, plaza y Avenida Mármol Ónix en la ciudad, el tiempo no me lo va a permitir, llegaré justo a las 20:00 para esperar el colectivo rumbo a Villa Mercedes, siempre y cuando no suceda ningún imprevisto, de esos que cada tanto suceden...



3 comentarios:

  1. Gracias por publicar este precioso lugar de San Luis, que conocí hace dos años, recorriendo las escuelas rurales de la zona de Villa Mercedes!

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    1. Coincido que el lugar es espectacular, dan ganas de quedarse horas tomando fotos detalles de cada objeto con historia.
      Que bueno recorrer escuelas rurales, las vivencias que debes encontrar allí deben ser muy sustanciosas.
      Gracias por tu comentario y Saludos!!!

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  2. un paraiso, voy todos los años de pasada , desde buenos aires a los Membrillos

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