domingo, 14 de septiembre de 2014

El río Salado y el Desvío Kilómetro 95, Buenos Aires, Argentina

Nos quedaba poco tiempo para recorrer los kilómetros de tierra hasta el puente del río Salado, el sol hacía un esfuerzo por no desaparecer tras el horizonte, jugando tiempo extra, chapoteando un rato sobre las desbordadas aguas del río teñido de azul, realmente nos hacía el aguante mientras que en una vuelta del camino nos aparece un puente de la CGBA saltando las vías del BAP, que hacer, para o no parar.
-Eh Amigo sol, cinco minutos más, es que si no el puente...
-Y Daaalee.
Jé, el sol, mi gran Amigo.
Sombras largas, muy largas, que rubrican el ocaso sostenido
El BAP y su ramal Rawson-Arribeños es sobrepasado por el FCBA entre las estaciones Delgado y La Pinta en su ramal Pergamino-Vedia, siempre los cruces a desnivel generan buenos puentes y sería una lástima no tomar registro de ellos. En éste caso el sol tan al ras dejó constancia de la cabeza de lamparita del fotógrafo, por lo tanto las consideraremos como tomas rubricadas y no como malas.
Seguimos en camino, ahora paralelo a la vía de la CGBA que cada vez cobra más altura, más aún que la ganada para el sobrepaso del BAP, señal inequívoca que los ingenieros ingleses tomaron previsiones ante posibles grandes desbordes del Salado, nótese que siempre que se produce  un desborde importante la vía suele ser afectada a último momento, mientras que los caminos, ya sean rurales o nomenclados fácilmente sucumben ante el avance del agua.
Por fin llegamos, justo cuando el sol hacía una pirueta para no aburrirse de tanto esperar
-Eh! Amigo todo bien, gracias por la espera, ahora sí todo suyo, humille maístro...
El río Salado bonaerense nace en la laguna El Chañar, a las espaldas de la ciudad de Teodelina, en el límite entre las Provincias de Buenos Aires y Santa Fe, recorre 640 kilómetros de pampa ondulada para desembocar casi en el centro de la Bahía de Samborombón. Hoy debido a su escaso cauce, gran parte de su recorrido está fuera de madre provocando el anegamiento de todos los campos contiguos.
Dejo a continuación el enlace con la página oficial de la Gobernación bonaerense sobre el tema Salado, para que puedan constatar si lo ahí dicho se cumplió, se cumple o son promesas llevadas por algún pampero.


Los infaltables pescadores de río, junto a una pequeña lengua de tierra que todavía no ha sido devorada por el agua. A su lado los restos óseos del antiguo puente que un día dijo basta y cayó para nunca más volver.
Seguimos viaje en busca de la última parada, todavía nos quedan unos doce kilómetros de camino escaso, pero el esfuerzo de Néstor por llevarme a ver el Kilómetro 95 no puede ser abortado bajo la excusa de ya la luz no es buena, así que ahí vamos entre las sombras de una temprana noche de invierno, mientras mi guía recuerda que hacía parte de ese trayecto por las vías para llegar hasta el cementerio.
La pequeña estación de chapa acanalada se encuentra en mal estado, rodada de altos yuyales y un bosquecillo que comienza a devorarla de a poco, tanto que fue el caballero de la última foto quién me llevó hasta el nomenclador mimetizado entre tanta rama, tiene que verlo me dijo, es nuestro orgullo, claro ese nombre casi escondido da referencia al lugar, le fija una denominación para el mundo exterior, hace que sean. Frente a la estación una cuadra de edificaciones habla a las claras que el lugar tuvo una cierta importancia, hay por lo menos una larga pared de casas no dispersas como ocurría en los parajes rurales anteriores, el problema aquí radica en el nombre, ellos y los lugareños denominan al sitio como El Chingolo, mientras que en los mapas figuran como Desvío Kilómetro 95, escasa referencia para un pueblo consolidado.
El sol se esconde sobre el camino que conduce a Fortín Acha, la paz reinante es absoluta y con Néstor decidimos emprender la vuelta, estamos a veintitantos de Arenales y la noche nos tomará en la provincial 50.
Fin de un día agitado que comenzó allá temprano en el Colegio Salesiano, siguió en Ferre y La Trinidad, continuó con el episodio policial y culminó con una catarata de abandonos varios, ferroviarios, educativos, sociales y viales, muchas fotos, mucha información para ordenar, algo de hambre y un buen cansancio.




2 comentarios:

  1. Viví parte de mi niñez en las cercanías del Chingolo, fui a la escuela 19 Carlos Maria de Alvear, recuerdo un club donde se realizaban peñas y doma en beneficio de ;la escuela, ... el almacén de Cholo... recuerdos de hace mas de 20 años...

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  2. Que bueno que las imágenes te disparen buenos recuerdos, muchas gracias por compartirlos
    Abrazo!!

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