Desandamos el camino sin número hasta el cruce de la arteria vital que atraviesa todo el Partido de General Viamonte la provincial 65, desde ahí 15 kilómetros nos separaban del próximo destino, el pequeño pueblo de La Delfina.
En el momento de esplendor allá por los cuarenta la población trepó a los 60 habitantes, hoy según el último censo no superan las 24 almas que viven del trabajo del campo, el comercio y el empleo público.
Por las viejas vías del FCO (Ferrocarril del Oeste), aquellas que a su llegada en 1897 comenzaron a dar forma al caserío, hoy vuelve a pasar el tren, una formación de la estatal Trenes Argentinos Operadora Ferroviaria (TOAF) una vez por semana asciende y desciende desde Bragado a Realicó (La Pampa), lamentablemente el tren no para en la estación, así que el mismo se convierte tan solo en una anécdota para quién necesite el servicio, ya que para abordarlo se tiene que dirigir a Los Toldos o Lincoln, y pensar que para las épocas de lluvia cuando los caminos desaparecían bajo el agua, como sucede ahora, cuando sucede la lluvia, corría un tren especialmente desde Los Toldos para llevar y traer gente desde La Delfina, "El Lagunero", también cuentan que el FCO en una oportunidad armó un tren especial para llevar gente entre Bayuca y El Triunfo en ocasión de la final del campeonato de fútbol regional, indudablemente donde el tren paraba había vida.
En La Delfina funciona un colegio muy bello, de neto aire neocolonial que resalta entre el bajo caserío que se esparce frente a las vías, y... el bar El Kascote.
La Escuela 23 López Alfaro, se erigió en la memoria de Delfina Alfaro, esposa del propietario de la estancia La Delfina, en donde se asentó en un primer momento el trazado ferroviario, la estación y el nuevo loteo. Los esposos realizaron las primeras gestiones ante el Consejo Nacional de Educación en 1911, quién autorizó el inicio de las clases a partir del 1 de marzo de 1913, en un precario rancho. Más tarde Julio López Alfaro y María Spalding de López Alfaro, herederos de la familia pionera decidieron construir una escuela modelo, así el 17 de junio de 1926, donaron al Consejo Nacional 10000 metros cuadrados de su extensa propiedad para llevar adelante tal emprendimiento.
Fue así como surgió la escuela de enseñanza primaria nacional 124, con casa habitación para el director, jardín y parque de juegos, y como no podía ser de otra manera fue clasificada como la mejor escuela rural a nivel nacional. Para marzo de 1927, la matricula del colegio ascendía a los 108 alumnos.
Hora de emprender la vuelta, comer algo en el restaurante del Hotel Italiano y planificar las actividades para la tarde, en cinco horas tenían que entrar, una recorrida por el casco urbano, la visita a la casa museo de Evita, recorrer la zona de "las tolderías", en donde se asentaron los mapuches, esperar la puesta de sol en la Laguna La Azotea y dejar un espacio en blanco para alguna eventualidad, indudablemente la falta de tiempo es el problema principal de estas aventuras de un día.
En el momento de esplendor allá por los cuarenta la población trepó a los 60 habitantes, hoy según el último censo no superan las 24 almas que viven del trabajo del campo, el comercio y el empleo público.
Por las viejas vías del FCO (Ferrocarril del Oeste), aquellas que a su llegada en 1897 comenzaron a dar forma al caserío, hoy vuelve a pasar el tren, una formación de la estatal Trenes Argentinos Operadora Ferroviaria (TOAF) una vez por semana asciende y desciende desde Bragado a Realicó (La Pampa), lamentablemente el tren no para en la estación, así que el mismo se convierte tan solo en una anécdota para quién necesite el servicio, ya que para abordarlo se tiene que dirigir a Los Toldos o Lincoln, y pensar que para las épocas de lluvia cuando los caminos desaparecían bajo el agua, como sucede ahora, cuando sucede la lluvia, corría un tren especialmente desde Los Toldos para llevar y traer gente desde La Delfina, "El Lagunero", también cuentan que el FCO en una oportunidad armó un tren especial para llevar gente entre Bayuca y El Triunfo en ocasión de la final del campeonato de fútbol regional, indudablemente donde el tren paraba había vida.
En La Delfina funciona un colegio muy bello, de neto aire neocolonial que resalta entre el bajo caserío que se esparce frente a las vías, y... el bar El Kascote.
La Escuela 23 López Alfaro, se erigió en la memoria de Delfina Alfaro, esposa del propietario de la estancia La Delfina, en donde se asentó en un primer momento el trazado ferroviario, la estación y el nuevo loteo. Los esposos realizaron las primeras gestiones ante el Consejo Nacional de Educación en 1911, quién autorizó el inicio de las clases a partir del 1 de marzo de 1913, en un precario rancho. Más tarde Julio López Alfaro y María Spalding de López Alfaro, herederos de la familia pionera decidieron construir una escuela modelo, así el 17 de junio de 1926, donaron al Consejo Nacional 10000 metros cuadrados de su extensa propiedad para llevar adelante tal emprendimiento.
Fue así como surgió la escuela de enseñanza primaria nacional 124, con casa habitación para el director, jardín y parque de juegos, y como no podía ser de otra manera fue clasificada como la mejor escuela rural a nivel nacional. Para marzo de 1927, la matricula del colegio ascendía a los 108 alumnos.
Hora de emprender la vuelta, comer algo en el restaurante del Hotel Italiano y planificar las actividades para la tarde, en cinco horas tenían que entrar, una recorrida por el casco urbano, la visita a la casa museo de Evita, recorrer la zona de "las tolderías", en donde se asentaron los mapuches, esperar la puesta de sol en la Laguna La Azotea y dejar un espacio en blanco para alguna eventualidad, indudablemente la falta de tiempo es el problema principal de estas aventuras de un día.
Que lindo toparme que esto... Actualmente soy la directora de la Escuela Primaria de La Delfina, lejos esta de esos tiempos de Lopez Alfaro, tenemos 12 alumnos pero sigue tienendo esa magia de lo profundo de las zonas rurales... Gracias!!!
ResponderEliminarMarianela París
marianparis@hotmail.com
Gracias Marianela por enseñarles a los chicos! Son la reserva de nuestro país, nuestras joyas intactas, cuídate y nuevamente gracias por ser maestra rural.
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