domingo, 8 de diciembre de 2013

Colonia San Miguel, Buenos Aires, Argentina

El paisaje que describe a la zona del Cerro Sotuyo contiene en primer lugar una irrespirable atmósfera de polvo fino en suspensión producto del proceso de extracción y molienda de la piedra caliza, cuenta también con decenas de camiones y camioneros que aguardan su turno para cargar, unos cuantos edificios de ladrillo que nos cuentan que allí existieron almacenes que seguramente proveían a los trabajadores de las canteras, hoy casi todos abandonados y cubiertos de ese irrespirable polvo fino, y por último el paisaje del Cerro Sotuyo se completa con las canteras privadas, la mayoría pertenecientes al conglomerado Loma Negra, celosamente custodiadas por los infatigables mas papistas que el Papa, precisamente uno de ellos, intrigado del porqué sacaba fotos al edificio que abre esta serie, y que es lindero al muy monitoreado ingreso a la cantera se despachó con un:
-Eh, porqué saca fotos
-Porque me gusta
-No se puede sacar fotos sin permiso, no ve que lo están filmando las cámaras.
-Perdón, pero yo no le saco fotos a la cantera, al portón o a usted, yo le saco fotos al edificio que está afuera de los límites de la empresa, está mal sacar fotos afuera de su empresa?
-Ehhhhhhh, pero porqué saca fotos?
-Por dos motivos fundamentales, primero porque me gusta y segundo y principal para que usted me pregunte porqué saco fotos, no le parece un motivo más que suficiente.
-Que tenga un buen día.
-Ehhhhhhh......(hasta el infinito).
Retrocedemos dentro de esa nube tóxica que seguramente le dañó la parte del cerebro que gobierna la razón a mi amigo el custodio, buscando el camino que nos conduzca a la Colonia San Miguel, emplazamiento de alemanes del Volga.
La Colonia San Miguel fue fundada por quince familias de alemanes del Volga, llegadas en febrero de 1878.
Luego de permanecer tres años en Colonia Hinojo, compraron el campo perteneciente a Pedro Kessler, fundando oficialmente San Miguel el 3 de octubre de 1881. El pueblo de no más de diez manzanas se reduce a un puñado de casas de piedra caliza con hermosas ventanas vestidas por esos visillos tejidos, a la iglesia San Miguel Arcángel de 1884 y al museo Miguel Stoessel Müller, impecable reducto donde se exhiben objetos, fotos, carruajes y maquinarias agrícolas de los tiempos iniciales de la colonia.
Las 15.00 horas de una tarde calurosa no era el mejor momento para andar caminando en búsqueda de rincones para fotografiar, así que decidí que era hora de ir en la búsqueda del último punto del recorrido.

2 comentarios:

  1. Gracias por las fotos, para trabajar en la escuela sobre esta hermosa localidad.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por las fotos, para trabajar en la escuela sobre esta hermosa localidad.

    ResponderEliminar