El Cementerio Sud, San Andrés de Giles, Buenos Aires, Argentina

La construcción del Cementerio Sud fue necesaria para contener a la gran cantidad de víctimas producidas entre 1867 y 1871 a raíz de las epidemias de cólera y fiebre amarilla que asolaron la región. Esta necrópolis fue la tercera ubicada en San Andrés, sus obras finalizaron en 1873 y llegó al límite de sepulturas de dieciocho mil cadáveres precisamente con la epidemia de fiebre amarilla de 1871.
Con el tiempo los cuerpos fueron trasladados a otros camposantos y este sitio fue abandonado. saqueado y vandalizado por completo hasta que el Municipio lo declaró Sitio Histórico, cuentan que por entonces se acondicionaron algunas tumbas, y el predio alambrado y desmalezado.

Una vez dentro del predio, con tres cuartos de cuerpo perdido entre la maleza, con el vacío que provoca el significado de lo que estaba viendo, surge inmediatamente la pregunta sobre que demonios hago aquí, que impulsa el deseo de avanzar hasta quedar casi cubierto por completo por plantas de metro ochenta, que mecanismo se activa ante una tumba saqueada, ante el perfil de una sepultura custodiada por el árbol del gran pez, ante símbolos, nombres, fechas, datos históricos y la verdad es que no obtengo respuesta, curiosidad, algo perverso, cierta poética sobre lo extraño, el gusto por lo marginal y diferente, todo eso junto..., quizás.

En un momento dado, un ruido importante sacudió el silencio reinante, algo se escondía entre la maleza, hora de salir me dije, un perro quizás, mejor no avanzo, voy para otro lado, para una zona sin pastos altos, y de repente aparece una oveja, una, puede ser ya que estaba sumergido en medio de la plenitud de la pampa, creo que nos asustamos mutuamente y si llegase el caso que dichos animalitos del Señor tuvieran una estructura de pensamiento como nosotros seguramente pensó que se hallaba frente a un zombi, me la imagino huyendo en busca de ayuda y los gritos. Mamá, mamá en el cementerio hay un zombi, un zombi grandote y feo!!!!
Salí algo excitado, algo perturbado y sin promesas de no volver.