Algunas fachadas que vislumbran sus pasados, un hotel de ladrillos que resistió, posibilitando a la imaginación reconstruírlo en su momento de esplendor, ventanas, puertas, la estructura de la vieja usina volcada como si fuera una maqueta de cartón, y un cartel que indica una calle a la que nadie vá, en la que nadie vive, un cartel que por muchos años será mudo testigo de una tragedia evitable
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