sábado, 30 de mayo de 2015

La Casa del Puente, Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina

La Casa del Puente es una obra del Arquitecto Amancio Williams, eslabón indispensable del denominado Movimiento Moderno del que participaron entre otros los arquitectos más destacados de los últimos cien años, Le Corbusier, F.L.Wright y Mies Van der Rohe, precisamente estos tres han generado obras con conceptos y resultantes formales similares a las obtenidas por Amancio para su casa sobre el arroyo.
La obra fue proyectada y dirigida por él mismo entre los años 1943 y 1945, teniendo como destinatario su padre, el músico Alberto Williams.
Sin duda la inserción de la obra en medio de un bosque de pinos y robles, sobre el escueto cauce del Arroyo Las Chacras, hito fundacional de MDP, es lo que atrae a primera vista. La perfecta síntesis de ese bloque rectangular montado sobre esa suave curva que parece ser parte del entramado fantástico del bosque que la contiene no deja de sorprender. Ayuda también a la integración el uso de hormigón a la vista, con esa textura rústica y sucia que establece un inmediato diálogo con las cortezas de los árboles centenarios que comprenden el Parque Pereyra Iraola.
En la década del 70 producida la muerte de Don Alberto la casa fue utilizada por una radio local, los nuevos propietarios introdujeron algunos cambios internos, conservando los trazos gruesos del diseño integral de Amancio. La dictadura cierra la la radio, en 1977 el conjunto casa y bosque circundante es declarado MHN, pero sigue perteneciendo a privados que se ven envuelto en un interminable juicio sucesorio. El administrador de la sucesión asumió mientras pudo el tema de la conservación de la casa, pero a raíz de la dilación de la causa, abandonó esa función en noviembre del 2003. Ese hecho sentenció a muerte al edificio, durante ese tiempo de indefección la casa fue saqueada, en especial fueron robados y destruidos todos los muebles e instalaciones diseñadas por Amancio, pero como aparentemente ese daño todavía no bastaba, fue incendiada y no una vez, dos veces, hasta que en octubre del 2004 se ordena la implementación de un sistema de vigilancia para evitar que desaparezca por completo el edificio.
En diciembre de 2012 la propiedad es adquirida por la Municipalidad de General Pueyrredón quién se hace cargo de una serie de refacciones sobre todo a nivel volúmen, limpieza de la fachada, colocación de vidrios, ordenamiento y mantenimiento general del predio, hasta llegar al 11 de enero del 2013, fecha en que el conjunto es abierto al público, existiendo en la actualidad un trabajo de reciclado sobre el edificio auxiliar que completaba el conjunto.

La integración del bosque con la obra es tan genial que por su culpa no se puede capturar al edificio en su totalidad, nunca queda lo suficientemente libre como para tomar al volúmen en su total dimensión. El todo se fracciona y aparece en cuadro con un trozo de bosque, haciendo imposible pensar a la obra sin el paisaje que la contiene.
La visita guiada cuesta 20 pesos y dura unos veinte minutos, el tiempo luego de permanencia en el predio es ilimitado. Cabe acotar que el pequeño hilo de agua que fluye a manera de arroyo es artificial, ya que el verdadero cauce del Chacras está entubado.








Cuesta abandonar un lugar como este, pero todavía me faltaba recorrer un último punto, el Museo Castagnino sobre la Avenida Colón. Llegué y me sorprendió que estuviera cerrado, toqué timbre y salió el policía del dibujito Alejo y Valentina quién me comunicó ocho veces que el mismo se encontraba cerrado, ante tal obviedad y temiendo que me dijera la frase "Me va a tener que acompañar, no se puede visitar el Museo cuando está cerrado" me fui, enterándome luego por un vecino que está cerrado por cambio de muestra.



Las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, la noche del último día había llegado, la venganza final estaba a punto de consumarse, casi un kilo de mariscos en forma de cazuela me esperaban nuevamente en Alito.


viernes, 29 de mayo de 2015

MAR y mar, Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina

Dejé para el último día la visita al MAR, Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires junto con el Museo Castagnino y la Casa del Puente. Llegar hasta el primer punto de interés significa caminar desde la zona del Casino hasta La Perla, ya que el nuevo Museo se ubica frente a ella. Salí temprano como para disfrutar de los primeros rayos de sol y quizás tener alguna aproximación con el Asilo Unzué, un edificio MHN en proceso de reciclado que se ubica a pocas cuadras de mi primer destino.
En el año 1909 las hermanas María Unzué de Alvear y Concepción Unzué de Casares presentan un proyecto ante la Municipalidad para la construcción de un asilo de niñas en un terreno de dos hectáreas propiedad de María.
El proyecto del edificio es del Arquitecto francés Luis Faure Dujarric; su construcción se inició en 1910, mientras que en 1911 llegaron las Hermanas Franciscanas Misioneras del Corazón de María, quienes serían las encargadas de llevar adelante las tareas de la institución. La inauguración del Asilo Saturnino Unzué se llevó a a cabo el 5 de marzo de 1912 con la presencia del Presidente Roque Saenz Peña.
En 1950 la Fundación Eva Perón absorbió el patrimonio de la Sociedad de Beneficencia, luego pasó a la órbita de la Secretaria de Trabajo y Previsión y luego al Ministerio de Salud y Acción Social, a través del Consejo Nacional del Menor y la Familia.
Actualmente depende de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, quién condujo el proceso de reciclado que culminó con la habilitación parcial del edificio en 2013 para ser utilizado como un espacio cultural y recreativo para toda la comunidad.
Dentro del edificio se ubica el Oratorio de la Inmaculada Concepción (MHN) de la que tan solo se observa su cúpula de forma piramidal, su estilo arquitectónico podría definirse como neobizantino.


Seguí bordeando la costa hasta encontrarme con el MAR, el nuevo Museo que se suma a la oferta cultural de Mar del Plata.
El encargo del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a través de su Instituto Cultural, provocó un concurso de proyectos que tuvo una asombrosa convocatoria, 200 presentaciones que culminaron con el triunfo de la propuesta del Estudio Monoblock.
El edificio que consta de cuatro volúmenes de hormigón posee una superficie de 7000 m2 con muy pocas divisiones interiores hecho que facilita cualquier tipo de presentación artística.
La entrada al mismo es gratuita y sin dudas pretende atraer tanto al público que suele concurrir a este tipo de
eventos como a aquel que no está a costumbrado a recorrer los circuitos dedicados a las artes y menos aún a las contemporáneas.


La gran anécdota del MAR es sin duda "El Lobo Marino de Alfajores", una instalación de 10 metros de altura creada por la artista plástica Marta Minujín en diciembre del 2013, recubierta en un principio por 50000 envoltorios de alfajores Havanna.
El 31 de agosto del 2014 en una jornada en que participaron unas 10000 personas, Minujín encabezó una perfomance masiva en donde los presentes retiraron los 50000 envases que recubrían al lobo inspirado en la obra de Fioravanti.
Unos 14000 paquetes fueron cambiados por alfajores de verdad en los locales de la empresa, mientras que el resto quedó en manos de quienes quisieron atesorar esa pequeña porción de la historia a futuro de la ciudad.
En octubre de 2014 la estructura de hierro fue cubierta nuevamente por envoltorios de aluminio que asemejan el color del papel que envuelve al producto emblema de Mar del Plata.
El presidente del Instituto Cultural, Jorge Telerman precisó como la reacción de la gente influyó para que la obra que había sido planteada como temporal ganara la categoría de eterna, transformándose así en un nuevo ícono cultural.




La gran planta baja libre es invadida por una instalación de Martín Huberman a gran escala compuesta por miles de broches para la ropa. En las instalaciones de la planta alta se lleva a cabo la muestra Horizontes de Deseo, en la misma se reúne a un conjunto de artistas, arquitectos y diseñadores que resaltan la voluntad transformadora de los seres humanos. Desear, proyectar, construir, transformar.





Decenas de artistas exponen sus obras en la muestra, allí desfilan pinturas, esculturas, fotografías, cortos experimentales e instalaciones vanguardistas. Como muestra y homenaje rescato las palabras, un proyecto y las maquetas de La Casa del Puente del Arquitecto Amancio Williams, mi último deseo para el final de este corto viaje.


Sugerencia, tomarse un cafecito con cualquier especialidad en el espacio gastronómico del Museo, terrible...
Pasadas las 11:00 vuelvo hacia la zona del Casino, quizás pueda aprovechar para sacar mis primeras fotos a las playas de Mar del Plata. La experiencia me sirvió para romper un prejuicio interno sobre lugares que nunca visitaría, quizás la idea haya sufrido un reordenamiento y ahora la consigna sea, creo que no visitaría MDP en temporada alta.
















Uno de aquellos mitos urbanos tantas veces replicado parecía tomar visos de realidad, el aire de mar te abre el apetito repetían nuestros mayores y creo que estoy a punto de dar fe. Alito me espera con unos fideos con mariscos dignos del Nobel de Cocina.
Después un breve paso por el Galeón Hotel y a continuar con la caminata rumbo al encuentro con esa genialidad casi sobrenatural de Mr.Amancio.