jueves, 30 de octubre de 2014

La Toma y sus secretos, San Luis, Argentina

Pasadas las 15:00 horas llegué a la ciudad de La Toma, capital del mármol ónix. Por fortuna la estación de ferrocarril es lindera con la terminal de colectivos, así que el primer recorrido lo establezco visitando el antiguo edificio del primitivo Gran Norte Argentino. El 8 de julio de 1890 se inaugura la construcción que por catorce años fue punta de rieles del ramal procedente de Villa Mercedes, ya que la continuación del mismo hasta la localidad cordobesa de Villa Dolores por parte del BAP sucedió recién durante 1904.
Mientras recorro la zona evalúo los posibles sitios a recorrer, entre los que se encuentran La Toma Vieja y San José del Morro, para ello dispongo hasta las 20:00 horas ya que media hora más tarde pasa el colectivo que me depositará en Villa Mercedes, punto de enlace para proseguir viaje rumbo al Sud.
Nótese como en cierto equipamiento de la estación podemos encontrar los distintos nombres de los ferrocarriles que se fueron haciendo cargo del ramal que en 1905 llegó hasta Villa Dolores, también podemos observar el buen estado de las vías que parecieran esperar el arribo del tan promocionado tren gestionado por el estado provincial.
Decido buscar una forma de traslado hacia los puntos de interés para por la tarde noche terminar de recorrer La Toma, su plaza, su iglesia y la Avenida mármol Ónix. Nuevamente la buena estrella me pone en manos de un conocedor de la zona, Miguel es oriundo de la sierra y como tal es buen guía, sabedor de los rincones de su querida Toma, establecemos la primera parada en el Castillo de la Toma Vieja.
La primera impresión visual sorprende y provoca algo de perplejidad. El edificio pertenece a una estancia de mediados del siglo XIX, que albergó al primer asentamiento poblacional existente en varias leguas a la redonda. Fue la vivienda particular de Don Darío David, un español que compró las tierras de la estancia La Toma a Don Carlos Bett , derivando su nombre de la toma de agua que había establecido Bett sobre el río del Rosario con el objeto de regar sus campos aptos para la agricultura y aprovechar la fuerza hidráulica para impulsar un pequeño molino de granos que tenía en su establecimiento. Don David edifica el edificio al mas puro estilo castellano.
El castillo y el fundo cambiaron muchas veces de propietario. El 29 de enero de 1904, los testimonios revelan que el mismo fue adquirido por el mismísimo Don Hipólito Irigoyen y que en el verano de 1906 Pedro Miguel Mariano Graciarena compra las tierras, donando 100 hectáreas para el asentamiento de la actual población de La Toma. El edificio fue pasando de mano en mano y siempre se mantuvo como una propiedad privada, nunca fue patrimonio de gobierno alguno, de ahí el estado ruinoso que hoy nos presenta, deudos, deudas, sucesiones, robos, vandalismo, absoluta falta de mantenimiento hacen que hoy el bello edificio pida a gritos ayuda para no sucumbir de olvido.
http://ministerios.sanluis.gov.ar/res/media/pdf/19481.doc
Una búsqueda por la red me cruzó con ésta información que parece ir en la dirección que uno pretende, rescatar del olvido y el inexorable destino de muerte arquitectónica al Castillo de la Toma Vieja, de ser así, muy bien por la iniciativa.
Miguel me propone seguir viaje recorriendo el embalse del río del Rosario y el balneario de La Toma, acepto porque de eso se trata, aprovechar la sabiduría de la gente del lugar, ellos conocen sitios y secretos que los mapas ignoran.
El Dique regulador del río Rosario, regula las aguas del río homónimo, que tiene su afluentes un poco al Este de los Cerros Largos. Es apto para la pesca de pequeños ejemplares de pejerrey.

La historia de amor de Julia Fernández

Cuenta la sobrina de Julia, Beby Torres de Mugnani que entre los años 1914 y 1915, una trágica historia de amor tiene como escenario al castillo de la Toma Vieja y al río del Rosario.
Bonifacio Campos, encargado de la contabilidad de un negocio de ramos generales era el pretendiente de Julia, hija de Antonio Fernández, dueño de las tierras que rodeaban al castillo.
Ellos frecuentaban la casa de Antonio Lucero porque los hermanos de Julia desconfiaban que él
pretendiera quedarse con la propiedad y sus tierras. Bonifacio desbordado de amor le pide matrimonio y le ofrece llevarla a España para escapar de ese círculo negro, pero ella desiste y decide poner fin a al relación. Bonifacio no puede resistir el desaire y se quita la vida en el lecho del río del Rosario. Julia al enterarse del destino de su desdichado enamorado culpa de tal decisión al egoísmo y la mezquindad de los hermanos sentenciando que si ella se quedaba soltera, lo mismo ocurriría con ellos, y la historia confirma que todos murieron en la más austera y triste soledad.
Julia presa de una profunda angustia cayó en un estado depresivo y se marchó para nunca más volver, supuestamente a la Provincia de Córdoba.


A menos de un kilómetro del embalse se ubica el balneario sobre el río del Rosario y unos metros más adelante encontramos el predio en donde se realiza la fiesta popular que consagra al mármol ónix.


Si soy fiel con mi plan de viaje, ahora deberíamos continuar camino hacia la villa colonial de San José del Morro, pero Miguel me indica un par de sitios que asegura van a ser de mi agrado, vuelvo a confiar en la gente que conoce su tierra y torcemos rumbo con la proa puesta hacia Paso Grande, en mi vida había oído hablar de Paso Grande, un dato que no es menor, como para no guardar ninguna expectativa previa, más allá del convencimiento que el consejo del Amigo no me iba a defraudar.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Tilisarao, San Luis, Argentina

Tilisarao nace por ley fundacional el 21 de setiembre de 1889, con el nombre de Estación Renca o Renca Nuevo para distinguirlo de su vecina centenaria, pero pasarán varios años hasta que se vislumbrara un establecimiento poblacional. El primer pozo de agua y la primera construcción están ligadas con la llegada del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico en el año 1904, allí surge la estación como centro fundacional para que después a su alrededor comenzaran a ubicarse las primeras casas, muchas de ellas edificadas por gente proveniente de las vecinas localidades de Renca y San Pablo.
A partir del año 1908 comenzó a llegar una oleada inmigratoria proveniente de la región de Piamonte en el Norte de Italia, estos inmigrantes se dedicaron al cultivo de la tierra y en una generación pasaron a tener el dominio de las mismas, también llegaron españoles y sirio libaneses que se dedicaron principalmente al comercio. En 1925 se crea la Sociedad Unión Agrícola de Estación Renca con el objetivo de defender el derecho de los agricultores de la zona, dedicados en su mayoría al cultivo del trigo, maíz, alfalfa y a la ganadería.
Durante ese 1925 y a pedido de los pobladores al gobierno provincial se logró cambiar el nombre original por el actual de Tilisarao, con el fin de no confundir a los dos pueblos. El vocablo Tilisarao significa Tierra del Maíz Salvaje.
Los servicios ferroviarios fueron clausurados en 1993, pero está en la idea de las autoridades provinciales la recuperación de las vías y la implementación nuevamente del tren carguero entre las estaciones Villa Mercedes y Santa Rosa de Conlara.
Un colegio que funciona en un edificio muy destacado
La iglesia San Francisco de Asís se inauguró el 4 de octubre de 1954, antes de la construcción de éste templo se contaba desde 1941 con una capilla en la casa familiar de Don Juan Bautista Prieri, en donde se realizaban los primeros oficios religiosos a mano del Párroco Manuel Rocha.
La hermosa plaza en donde se ubica el importante monumento en honor al Libertador se construyó en 1931, también de esa época data la construcción del cementerio y la apertura de calles. La población actual asciende a los 6256 habitantes según el censo del 2010, mientras que la histórica Renca cuanta tan sólo con 178, remarcando la evolución de una y la involución de la otra, producto de la llegada de una modernidad diferente.
Desde 2012 Tilisarao cuanta con una modernísima terminal de colectivos ubicada a la vera de la autopista 55, Renca no cuenta con servicio de transporte público.
Pasadas las 14:00 continúo viaje rumbo a La Toma, a partir de ahí el diseño previo del viaje entra en una nebulosa ya que desconocía la posibilidad de transporte hacia los sitios que tenía marcado como de interés, así que dependeré un poco de la suerte, dejando libre al azar la continuidad de la jornada.

Renca, San Luis, Argentina

Hay evidencias que indican que el pueblo de Renca ya existía al final del primer cuarto del siglo XVIII. De todas maneras, en 1753 el oidor de la Real Audiencia de Chile, Don Gregorio Blanco de Laisequilla fue comisionado para fundar un pueblo en el paraje del Santo Cristo de Renca.
El hecho de la existencia del paraje está ligada a una leyenda ocurrida en el pueblo chileno de Renca, cerca de Limache, ella cuenta que un originario ciego hachaba un espinillo cuando de repente sintió en su rostro salpicaduras de la savia vegetal. Repentinamente recuperó la vista y azorado comprobó la existencia de un pequeño Cristo en el hueco carcomido del árbol. La noticia del milagro se propagó con rapidez por todo Chile y luego cruzó la cordillera con la pequeña imágen en mano del protagonista de la historia, llegando primero a Cuyo y luego a la zona de Córdoba. En cada población que arribaban colocaban a la estatuilla en el templo local provocando la participación masiva de pobladores en importantes ceremonias religiosas.
Al atravesar el río Conlara la mula que cargaba al Cristo se echó y no hubo forma que prosiguiera el viaje, ese acto se interpretó como una señal divina que indicaba que allí debía erigirse una capilla, hecho que se concretó para 1745, tomando el lugar el nombre de Santo Cristo de Renca.
Al comienzo de 1800, el curato de Renca contaba con más de 3000 almas, siendo por ese motivo la ciudad puntana más importante, lo que justifica que para 1810 se erigiera la primera escuela bajo la dirección de Don Fernando Almeida.
El 20 de agosto de 1812 parten desde la plaza, frente a la casa de José Santos, los primeros 27 paisanos que iban a integrarse al Regimiento de Granaderos a caballo del General San Martín, entre ellos iban los tres renqueños que dieron su vida en el Combate de San Lorenzo, librado en las barrancas de dicho pueblo el 3 de febrero de 1813, sus nombres, Januario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos.
Renca también fue cuna de personajes ligados a la política como el político José Santos Ortíz, primer Gobernador Provincial, asesinado luego en Barranca Yaco, junto a Facundo Quiroga  y el tres veces gobernador General Pablo Lucero.
Todos los años para el 3 de mayo miles de fieles se congregan en la localidad para adorar al Señor de Renca en una de las capillas más antiguas de San Luis.
Otra versión indica que el Santuario Milagroso del Señor de Renca fue levantado en 1732 coincidiendo con la llegada de los jesuitas, también sobre el verdadero orígen del Cristo hay otra historia, ella deriva de un escrito de 1646, redactado por el padre jesuita Alonso de Ovalle, allí se habla de la existencia de un árbol con forma de cruz perfecta, y que sobre él se observa la imágen de un hombre distinguiéndose en forma muy clara los brazos, que aunque unidos con los de la cruz, resaltan sobre ellos, además del pecho en donde se manifiestan perfectamente las costillas y los huesos hasta la cintura, el redactor menciona que no se distingue ni cara ni cabeza, pero sí dedos y manos.
Renca fue asolada varias veces por grupos de originarios en lucha contra el blanco invasor. Durante el ataque de 1834 llevado a cabo por Yanquetruz, la imagen milagrosa fue puesta a salvo a raíz de una acción de los vecinos que la escondieron en la zona de Las Lagunas.
Una recorrida por la plaza y alrededores es una vuelta al pasado colonial, Renca quedó congelada en el tiempo, mientras que su vecina Tilisarao se desarrolló con mayor intensidad siendo mucho más humilde en sus orígenes, la razón, casi obvia, el ferrocarril pasó por Tilisarao, la ruta nacional 148 pasó por Tilisarao, la actual autopista E55 pasa por Tilisarao y Renca quedó escondida y casi olvidada a 8 kilómetros del universo desarrollado. Todo lo que en su momento pudieron el Cristo del Milagro y la fe de los pobladores se desvaneció cuando el comercio, la minería, los servicios, precisaron del transporte para la interconexión con el resto del mundo, y el transporte y las vías y los caminos se olvidaron de Renca y su Señor Milagroso, nada se hizo en su momento para detener la decadencia del que fuera uno de los centros más importantes del siglo XIX en toda la Provincia de San Luis.
Hoy en día se comienza a hacer justicia, primero porque el pueblo supo conservar no solo el espíritu, sino la materialidad de lo colonial, hoy visitar Renca es entrar en la historia, es ser parte de ella, a través del contacto con sus edificios centenarios y también con todo un trabajo de intervención urbanística que resalta ese espacio colonial, también cuenta con un balneario muy visitado por los lugareños y una escala urbana que cada vez atrae a más viajeros y turistas.
Consejo, no dejen de visitar Renca, y redoblo la apuesta, en viaje hacia o desde Merlo, dispongan de un tiempo si es que prosiguen viaje hacia San Luis capital o hacia el sur, hacia Villa Mercedes, e ingresen en Concarán, Naschel, Tilisarao, Renca, La Toma, San José del Morro, sitios de encanto llenos de historia, piedras talladas, capillas coloniales, castillos abandonados y saltos de agua indescriptibles.
Me cuesta pero salgo de las páginas del libro de historia para proseguir con el viaje rumbo a Tilisarao, tercera parada del cuarto día con final incierto, y a manera de confesión anticipada les cuento que fue incierto y necesitó del auxilio de un Diputado Provincial para que la historia no terminara por diluirse en medio de la nada y con tormenta en ciernes.